“Si bien el home office fue fundamental en este contexto para que muchos negocios puedan mantenerse en pie, sabemos que no todos los trabajadores tienen las condiciones para laborar cómodos desde sus casas. También existen tipos de trabajo que requieren de oficinas, por eso desde Loffice queremos que las empresas entiendan el valor de tener una oficina flexible”, mencionó la directora ejecutiva de Loffice, Johana Boettner, quien además indicó que una forma de optimizar recursos y variabilizar los costos fijos de una empresa es apostando a oficinas adecuadas para trabajar de forma remota y con todas las condiciones digitales disponibles.
Para Boettner, lo más importante es que las oficinas corporativas sean cómodas, con buenas sillas, buena conexión de internet y sin distracciones. Asimismo, agregó que el contacto humano es fundamental para motivar a las personas, crear equipos, conocer profesionales de otras empresas y lograr mayor eficiencia en el trabajo.
"Estar todo el día en la casa hace que se pierdan las barreras de la vida personal, ocasionando disconformidad en los colaboradores en la mayoría de los casos. Por otro lado, las oficinas también sirven para que las personas logren enfocarse en el trabajo", apuntó.
Según la directiva de Loffice, hoy el mercado necesita oficinas flexibles, que se adapten a las nuevas necesidades de los clientes, espacios privados, pero con servicios y costos compartidos, que permitan estar en lugares estratégicos de la ciudad.
Sobre los aspectos sanitarios, Boettner resaltó que la pandemia hizo replantear a las empresas inmobiliarias la implementación de áreas comunes y los escritorios compartidos, es por eso que Loffice ya ofrece oficinas corporativas privadas con servicios compartidos.
En cuanto a la caída del poder adquisitivo de las personas y empresas y cómo afecta al sector, la directiva reveló que los precios se redujeron un 10% aproximadamente, sin embargo, algunos productos siguen siendo muy costosos. Por ejemplo, el costo de una oficina corporativa ubicada en el barrio Villa Morra o Carmelitas con el consumo de agua, luz, internet, alarma instalada, recepcionista, limpieza y mantenimiento incluido, según Boettner, rondaría los G. 9.000.000. En contrapartida, una oficina de Loffice con las mismas características y servicios solo está por los G. 3.000.000.
“Como Loffice tuvimos una caída del más de 60% en nuestros alquileres en los meses de la cuarentena total, muchos de nuestros clientes decidieron dejar en standby el alquiler de sus oficinas. No obstante, otros siguen con nosotros y desde que se flexibilizaron algunas actividades ya recibimos muchas consultas de empresas”, finalizó Boettner.