"Este nuevo modelo del sistema de salud se asemeja al modelo implementado en Uruguay, que ofrece alternativas razonables no solo desde el punto de vista moral, sino también del filosófico que hace connotaciones relacionadas al Estado, a la salud pública, a la economía y a la bioética", afirmó.
Según González, en el proyecto se abordan temas como la asignación de recursos, el nivel de acceso a la salud que tiene la población en la actualidad, se muestra cuáles son las dificultades que tiene el sistema sanitario y se fundamenta cómo un nuevo modelo puede unificar el sistema de salud, es decir juntar al IPS, al ministerio de Salud, consejos locales de salud (financiados por los municipios) u otras instituciones, para tener mayor transparencia y eficiencia en la administración de los fondos.
Así también busca separar los aportes provisionales de los sanitarios, porque los sistemas que están unidos (como en el IPS) no son los más adecuados para fortalecer una propuesta médica de excelencia, expuso.
Además, la iniciativa pretende que los fondos destinados para salud sean invertidos correctamente en el sector público y privado. “Ambos sectores se complementarán en cuanto a los servicios médicos, dependiendo siempre de la cobertura de cada persona”, detalló González.
"La integración o Alianza Público Privada se da con mucho éxito en otros países, por eso es importante invertir en el sistema de salud integral, para garantizar el acceso a la salud para todos los habitantes del país, fortaleciendo aspectos como la calidad y la accesibilidad de todos los servicios. En Uruguay se habla de un seguro único de salud, Fonasa, que distribuye los fondos de forma equitativa", indicó.
Si no se hace una reforma sanitaria importante, de acuerdo a González, “no estaremos preparados para eventuales situaciones de gravedad (post COVID-19) y continuaremos invirtiendo sin una planificación estratégica”.
Al mismo tiempo, aclaró que este proyecto sirve para abrir el diálogo entre todos los actores involucrados del sector, para que transmitan sus posturas y se vaya moldeando esta iniciativa.
"Del presupuesto público se financia de una manera inconsecuente el tema de los seguros médicos privados, ya que a la hora de la verdad no se solucionan los grandes dramas en estos, sino que son derivados al sistema público en casos de complejidad. Los seguros médicos se rediseñan con esta propuesta de modelo, permitiendo que siga existiendo esa comunicación entre ambos sistemas, pero no bajo las mismas condiciones", declaró.
Según datos del presupuesto general, el costo per cápita en salud es de US$ 207,2 anual por ciudadano, considerando a toda la población, es decir a los 6.725.000 habitantes, concluye el documento.