Esa necesidad llevó al país a desarrollar uno de los sistemas fluviales más grandes de la región, convirtiéndose en la tercera flota de barcazas del mundo. Pero depender exclusivamente del río tiene sus riesgos ya que las bajantes afectan la disponibilidad de mercadería y complican tanto exportaciones como importaciones. Frente a esta realidad, la Cámara de Comercio vio una oportunidad: retomar el uso del puerto de Paranaguá, el puerto marítimo más cercano a Paraguay, como una opción confiable para el comercio exterior.
Las gestiones comenzaron con visitas a terminales en Paraná y Santa Catarina, confirmando que existía interés y capacidad para operar contenedores paraguayos. Hoy, según Fustagno, Paranaguá vuelve a ser una alternativa real y atractiva, especialmente para empresas ubicadas en el Este del país. La principal ventaja es el tiempo ya que el tramo terrestre desde Ciudad del Este al puerto es de apenas 800 kilómetros. Además, los buques que vienen de Asia, Europa o Estados Unidos llegan primero a Santos y Paranaguá, mientras que tardan 10 a 15 días más en tocar Montevideo o Buenos Aires. Esto significa que un contenedor que llega a Paranaguá el 1 de diciembre podría estar en Paraguay entre el 5 y 7 del mismo mes, mientras que el mismo barco arribaría a otros puertos recién hacia mediados de diciembre, sumando además los tiempos de transporte fluvial.
Fustagno enfatiza que esta opción no solo ahorra tiempo, sino que también aporta previsibilidad y seguridad al comercio. “No depende del río, del clima, si hay agua o no. Es una alternativa que hace más planificable y segura la operación logística”, aseguró. Esto permite a las empresas planificar mejor sus stocks y tiempos de producción, algo fundamental para industrias con alta necesidad de rapidez en la cadena de suministro.
En términos de costos, operar a través de Paranaguá resulta competitivo. Según el titular de la Cámara, llevar un contenedor desde el puerto brasileño hasta Ciudad del Este cuesta entre 3.000 y 3.500 dólares, incluyendo gastos portuarios y flete terrestre, lo que es comparable o incluso un poco más barato que hacerlo desde Montevideo o Buenos Aires. Para las empresas del Este, esta diferencia, sumada al ahorro de tiempo, representa un beneficio logístico significativo.
Fustagno hace un llamado a los empresarios paraguayos a explorar esta opción: investigar, analizar y probar este corredor logístico que ofrece una alternativa real al río y a los puertos tradicionales. “Somos un país mediterráneo. No podemos depender de una sola vía ni de un solo puerto”, destaca finalizando.