Según Claudia Tomé, directora general del Asunción Fashion Week (AFW), los principales indicadores del sector reflejan un crecimiento sostenido y una industria más madura y estratégica. “Otro indicador fue la proyección internacional: cada vez más diseñadores paraguayos acceden a oportunidades en pasarelas y plataformas como Paris Fashion Week, New York Fashion Week, México y Argentina, lo que habla de un crecimiento en profesionalismo, confianza y visión”.
Uno de los logros más destacados del año fue el aumento en la participación de diseñadores nacionales en las pasarelas del AFW y en el ecosistema de la moda paraguaya. “Este año cerramos con una mirada más madura y estratégica. Los diseñadores y marcas se mostraron sólidos y creativos, con colecciones que abrazan su identidad propia, conectando con su público objetivo y consolidando carreras sostenibles”, aseguró Tomé.
La directora del AFW destacó también la resiliencia del consumo de moda. “El público busca productos con identidad, historias detrás de cada colección y un vínculo directo con el creador, elementos que fortalecen la moda de autor y fomentan la fidelidad”.
A nivel económico, la industria textil también muestra cifras alentadoras. Javier Abbate, director de VGS Paraguay, estimó que el sector cerrará el 2025 con un crecimiento de aproximadamente un 10% en comparación con el año anterior. “Hubo mucho más movimiento que en 2024. Las grandes marcas nacionales siguen trabajando de manera eficiente, a pesar de las importaciones y de la competencia de marcas nuevas”, señaló.
El directivo resaltó que la estabilidad del dólar es un factor clave para la producción local, ya que influye en los precios de la materia prima y en la capacidad de las empresas para invertir en mayor producción. También destacó la necesidad de trabajar en conjunto como industria para fortalecer los talleres locales y aumentar la producción de forma sostenible. “Todo el sector tiene que buscar fortaleza y unión para usar los talleres de manera eficiente y crear más oportunidades de trabajo en el futuro textil”, dijo Abbate.
Otro tema relevante que impacta en la industria es la venta de ropa usada, que representa un desafío para los productores locales. Abbate enfatizó que es necesario regular y gestionar estas importaciones para proteger el mercado nacional y fomentar el crecimiento de marcas locales con identidad propia.
La combinación de creatividad, proyección internacional y solidez económica hace que la moda paraguaya se encuentre en un momento de transición hacia la consolidación definitiva. La industria ya no solo busca destacar en pasarelas locales, sino también en escenarios globales, mostrando la riqueza de la identidad cultural paraguaya a través del diseño y la moda de autor.
Por otro lado, según el balance realizado por GIMSA Grupo Internacional Mercosur SA el desempeño positivo del año estuvo impulsado principalmente por el canal minorista y por una estrategia orientada a fortalecer el vínculo directo con el consumidor final. “Esta cercanía nos permitió una mejor lectura de la demanda, mayor agilidad en la toma de decisiones y una mejora significativa en la rotación de productos”, explicó Andrea María Benítez Gastón, gerente comercial de Rondina, marca insignia del grupo. En ese escenario, Rondina logró consolidarse como una de las marcas más relevantes del sector textil paraguayo, acompañada por el crecimiento del resto del portafolio de GIMSA, que incluye a Eneache, Bruno Corsi y Marie Marie, entre otras.
Sin embargo, el contexto no estuvo exento de desafíos. Benítez Gastón remarcó que la fuerte presencia de productos importados continúa siendo uno de los principales factores de presión para la industria local. “Las importaciones nos obligan a ser más eficientes, a cuidar costos y a tomar decisiones más rápidas”, afirmó. Frente a esta competencia, la principal ventaja de las marcas nacionales radica en el conocimiento profundo del consumidor paraguayo y en la capacidad de reacción ágil, ajustando colecciones, reposiciones y propuestas comerciales en plazos mucho más cortos que las marcas internacionales.
Entre los desafíos estructurales del sector, la gerente comercial destacó la presión de productos importados terminados con precios agresivos, los costos operativos, la informalidad y la necesidad de seguir profesionalizando la gestión.