Según la economista Martha Coronel, de la consultora Mentu, el guaraní se destaca por su estabilidad, incluso en un entorno global que ha experimentado eventos extraordinarios, como la pandemia y el incremento de tasas de interés en mercados desarrollados.
"A lo largo de los años, y con excepciones limitadas, el Banco Central del Paraguay (BCP) ha logrado mantener la inflación alrededor del 4%, y cuando el tipo de cambio se ve afectado por factores externos, su política monetaria se centra en cortar los picos y evitar fluctuaciones abruptas", señaló.
En comparación con otros países de la región, como Brasil y Argentina, el guaraní ha demostrado ser más resistente. Coronel destacó que en 2024, se depreció solamente un 7,2%, mientras que el real brasileño y el peso argentino sufrieron depreciaciones mucho mayores. Esta solidez es producto del manejo de la política monetaria, evitando la emisión innecesaria de billetes y controlando la inflación a través de políticas de metas claras.
Como señala el BCP, la clave está en no imprimir dinero sin respaldo. "Lo que abunda, pierde valor", y es así como el guaraní ha evitado caer en el ciclo devaluador que afecta a otros países. "Es un ejemplo para la región de cómo la prudencia fiscal y la disciplina monetaria pueden garantizar la confianza en una moneda, incluso en tiempos de incertidumbre", añadió la especialista.
La estabilidad del guaraní no solo es un orgullo para los paraguayos, sino también un atractivo para los inversionistas. "La inversión en Paraguay se ve favorecida porque los capitalistas buscan seguridad y previsibilidad en los retornos de sus inversiones. Una moneda estable facilita el cálculo de costos y ganancias, lo cual se traduce en un ambiente favorable para el desarrollo de negocios y para la inversión extranjera directa", destacó Coronel.
Cuando un inversionista evalúa dónde colocar su capital, una de las primeras variables que analiza es la inflación. En países donde la inflación es alta e inestable, el costo de los bienes y servicios también es volátil, lo que hace que el retorno de la inversión sea incierto.
En palabras de Coronel, en Paraguay, gracias a la estabilidad del guaraní, el inversionista sabe que puede proyectar sus ingresos y costos con un margen de error relativamente bajo, y eso es fundamental para el éxito de cualquier emprendimiento.
Además, la política de metas de inflación del BCP da la certeza de que, salvo eventos excepcionales, la devaluación del guaraní no superará el 4% anual. "Este nivel de previsibilidad se destaca en la región y convierte a Paraguay en una zona de estabilidad, donde los costos no cambian drásticamente de un año a otro. Por eso, las tasas de interés reales que se exigen para las inversiones también son menores, lo cual dinamiza la economía", añadió.
Mantener esta estabilidad en el largo plazo requiere disciplina y visión estratégica. El BCP ha cumplido con el principio básico de no emitir dinero sin respaldo, asegurando que cada billete tenga un valor equivalente en bienes y servicios producidos en el país. Pero el reto hacia el futuro es generar una mayor producción y reducir la dependencia de factores climáticos, que siguen siendo una de las variables más impredecibles en la economía paraguaya.
"Apuntando a una producción más diversificada y a un crecimiento sostenido, el guaraní podrá mantener e incluso mejorar su posición como una de las monedas más estables de América Latina", recalcó la economista.
En el Día del Guaraní, celebramos también el esfuerzo y el compromiso de toda una nación por mantener la estabilidad económica y fomentar el desarrollo. En un entorno mundial donde la incertidumbre económica es la norma, el guaraní sigue siendo un símbolo de resiliencia y de confianza.