Para liberarse de las toxinas adquiridas, muchas personas realizan dietas extremas, aquellas que solo permiten líquidos o incluyen alimentos como frutas en todas las comidas. Hace más de 150 años que existen las dietas y la obesidad igual va en aumento; hoy sabemos que con este tipo de conducta alimentaria hay más fracasos que éxitos en el tratamiento del descenso y mantenimiento del peso descendido. Con la privación lo único que se logra es tener mal humor, desganos, pérdida de masa muscular, deshidratación y aumento del apetito, y luego devuelta los atracones con alimentos muy calóricos, ricos en grasas y dulces, convirtiendo esta situación en un círculo vicioso de nunca acabar.
La Asociación Americana de Nutricionistas sostiene que un plan de alimentación debe tener en cuenta requerimientos calóricos pero también gustos, hábitos y costumbres de las personas, la comida debe ser sana sin perder el gusto.
Para volver a la vida saludable lo ideal es poder ordenar con horarios la alimentación, más aún si estoy de vacaciones, distribuyéndola en 4 comidas (desayuno, almuerzo, merienda y cena) y si es necesario 2 o 3 colaciones (media mañana, media tarde, media noche). Es recomendable también conocer las porciones que nos corresponden según nuestras necesidades, lo cual no debe implicar la privación o prohibición de ningún tipo de alimento. Estos dos aspectos en la alimentación (orden y cantidad adecuada) constituyen la mejor forma de empezar el año si el objetivo es sentirse bien física y anímicamente.
Todo esto es necesario complementarlo siempre con actividad física, no te olvides que el lugar donde se queman las grasas en nuestro cuerpo es el músculo, cuanto más lo estimules y fortalezcas más grasa se quema.
¡Empezá hoy el cambio!