Las diferencias en el exterior son tan sutiles como la mejora del acabado, que se ha trabajado para que la integración entre cristal y borde metálico sea más limpia. Ahora, la curva en la pantalla característica de los modelos edge se ha acentuado, curvando asimismo la carcasa trasera y redondeando el borde metálico. Como beneficio adicional, se consigue mayor ergonomía y un agarre más cómodo. Por otro lado, presenta una pequeña mejora en el diseño de la cámara principal, que sobresale menos de la superficie del terminal (solo 0,46 milímetros). Junto a ella, se conserva el flash LED dual y un sensor de ritmo cardiaco que, con la popularidad de los smartwatches o pulseras de monitorización que ya incorporan esta prestación, resultará prescindible para más de uno.
Los deseos, órdenes
Sin duda, una de las cualidades más admirables de este nuevo dispositivo es que Samsung ha tenido en cuenta las peticiones de los usuarios y ha devuelto al S7 un par de características que, si bien estuvieron presentes en anteriores generaciones, habían desaparecido el año pasado con el S6. La primera es la posibilidad de utilizar tarjetas microSD que, en esta ocasión, se insertan en la misma bandeja que la tarjeta nano SIM. Gracias a ello, es posible ampliar el almacenamiento hasta 200 Gb. No está nada mal, ya que los 32 Gb de memoria interna (de los que apenas se pueden usar 25) pueden quedarse cortos muy rápido si se almacena numeroso contenido multimedia.