Para tener una idea con relación a las brechas de género, existe “un déficit para el financiamiento a pymes propiedad de mujeres, así como un acceso inadecuado a los servicios financieros. En América Latina y el Caribe, según el Banco Mundial, sólo el 49% de las mujeres tiene una cuenta bancaria, el 11% ahorra y el 10% dispone de crédito”, de acuerdo al informe Inclusión Financiera de las Mujeres en América Latina (2018), del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
“En Paraguay tenemos una alta tasa de jefas de hogar, esto no siempre fue así, pero es un cambio demográfico que se da por varias razones. Primeramente, es una cuestión cultural que tiene que ver con el abandono de los padres a las familias, por lo que las mujeres asumen ese lugar de jefa. Otra razón por la que se da este fenómeno es que hay un cambio en cuanto al estilo de vida, que también pasa por una cuestión cultural, puesto que actualmente hay más mujeres que se hacen cargo de las familias y no solamente estoy hablando de una familia ‘mamá – hijo’ sino de una familia extendida, ya con abuelos y otros dependientes, ya sean personas enfermas o adultos mayores en situación de cuidado”, explicó Achinelli.
Agregó que estas son solo dos de muchas razones por las que existen tantas mujeres que se encargan solas de sus casas alrededor del país y que la situación es más común en las zonas urbanas de parte de las trabajadoras, ya sea en el mercado de abasto y en el Mercado 4, entre otros lugares. Además, añadió que sumada a esta sobrecarga laboral también se encuentran las situaciones de vulnerabilidad como la violencia intrafamiliar.
Manifestó que una de las barreras de acceso al trabajo más complicada es la falta de apoyo, tanto del Estado como del sector privado, cuando las mujeres son madres o tienen personas a su cuidado, ya que las entidades deberían brindar los beneficios necesarios para que los colaboradores puedan trabajar en condiciones adecuadas. Entre estos beneficios mencionó que toda empresa e institución debe contar con guarderías, a modo de que las mujeres puedan realizar su trabajo sin inconvenientes, también mencionó la facilidad de horarios, o trabajar desde el hogar, además de la atención sanitaria y psicológica.
“Las empresas en realidad deberían ser las mejores aliadas porque hay numerosos estudios que tratan cuestiones sobre productividad, ya la teoría del capital humano en el pasado hablaba de que las mujeres dedican menos horas al trabajo formal porque deben cuidar a las familias. Hoy, las mujeres, tengan familia o no, tienen que insertarse en el mercado laboral y eso les produce bastante estrés, no obstante, cuando uno ve y analiza la productividad de las mujeres y los hombres en las empresas encuentran que las mujeres realmente son personas que tienen muchas más responsabilidades”, expresó.
Por último opinó que todo tipo de estrategia como proyectos y créditos ofrecidos a las mujeres para insertarse en el ambiente laboral son de gran utilidad debido a que es un medio de empoderamiento, es decir, les otorga el poder para independizarse, además de valorarse a sí mismas.