El estrés emocional, los cambios de temperatura o de humedad, la presencia de la bacteria Staphylococcus aureus en la piel, los ácaros del polvo, hongos y caspa de animales, algunos productos para el cuidado de la piel como cosméticos, fragancias, jabones fuertes, el sudor y el contacto con prendas de vestir irritantes, y las alergias a ciertos alimentos, pueden provocar dermatitis atópica.
Este trastorno es muy frecuente y se presenta desde temprana edad. Se caracteriza por una alteración en la barrera cutánea de la piel que provoca inflamación, enrojecimiento y picazón en las zonas afectadas. La Dra. Romina Contreras, especialista en dermatología, sostuvo que el sol puede ser positivo, pero tomando siempre todas las precauciones pertinentes.
“Usar siempre una protección solar adecuada, evitar la exposición en las horas centrales del día y utilizar sombrillas, sombreros, gorras o kepis. Es muy importante mantenerse bien hidratado con agua o jugos”, expresó la especialista.
Afirmó además que el agua de las piscinas puede afectar negativamente a este trastorno, pero puede minimizarse el daño con una buena ducha tras cada baño, con la aplicación de cremas de protección antes del chapuzón y cremas hidratantes después. En cuanto al agua de mar, esta resulta beneficiosa para la piel, por lo que no hay ningún impedimento para disfrutar de la playa.
Otro punto importante es que tras los baños, ya sean en pileta o agua de mar, “se tiene que tener en cuenta a la hora de secar la piel que es importante no frotarla con la toalla”, dijo la doctora. Este padecimiento afecta la calidad de vida de las personas que la padecen, pero es posible mejorar si su diagnóstico es precoz y se acompaña de un tratamiento dermatológico correcto.
Por eso, es muy importante mantener las recomendaciones generales que pueden ayudar a controlar los brotes, como humectar la piel al menos dos veces por día, e identificar y evitar los desencadenantes que la empeoran.