“La cabaña nació como una inversión inmobiliaria, pero también con la idea de ofrecer algo distinto, un lugar donde las personas puedan disfrutar del entorno y estar verdaderamente presentes”, comentó Hugo a InfoNegocios, creador del proyecto. “El terreno está rodeado de bosques, no hay vecinos prácticamente, y uno realmente se siente integrado al ecosistema”.
La experiencia en Joaju no es simplemente pasar la noche, sino más bien quedarse para habitar el silencio, caminar entre árboles, compartir una charla frente al fogón o simplemente observar el bosque desde cualquiera de los espacios conectados visualmente con la naturaleza. La construcción, que combina madera, hierro y amplios ventanales de blindex, permite que cada ambiente esté conectado permanentemente con el entorno.
La cabaña tiene capacidad para hasta seis personas y cuenta con dos dormitorios matrimoniales y un tercero con camas individuales que pueden unirse para formar una cama queen. Además, posee dos baños completos, aire acondicionado frío/calor, un jacuzzi interior ideal para días frescos, un fogonero en el patio, terraza con vista al lago y sistema de seguridad. Todo el terreno está cercado, lo que la convierte en una opción segura tanto para parejas como para familias o grupos de amigos.
“El tipo de público es muy variado”, explicó Hugo. “Vienen desde parejas que buscan unos días de intimidad y descanso, hasta familias o grupos de amigas que quieren compartir un fin de semana sin distracciones. Incluso recibimos personas que se alojan para escribir un libro o reflexionar, alejadas del bullicio”.
Las actividades que propone el lugar son sencillas pero profundas, como caminatas entre senderos, contemplación y descanso. Para quienes quieren ir un poco más allá, el proyecto planea sumar bicicletas de montaña para aprovechar los caminos naturales del entorno. “Es una cabaña para la aventura y la introspección al mismo tiempo”, resumió Hugo.
En cuanto a precios, el hospedaje cuesta US$ 100 por noche para parejas y US$ 150 para grupos de hasta seis personas, con todas las comodidades incluidas. Las reservas se realizan directamente por WhatsApp, y la demanda suele ser alta, especialmente en fines de semana largos.
Las opiniones de quienes ya vivieron la experiencia hablan por sí solas. “La gente se va feliz. Nos dicen que es un lugar de paz, que lograron descansar de verdad, que no hay ruidos ni autos ni música. Muchos valoran la conexión entre la cabaña y el bosque, esa sensación de que la casa forma parte del paisaje”, comentó.
El futuro de Joaju está en expansión, puesto que Hugo y su familia planean adquirir nuevos terrenos cercanos para construir más cabañas con el mismo concepto de confort, naturaleza y unidad. “Queremos que más personas puedan vivir esta experiencia”, aseguró.