¿Cuándo nació el tereré? Según algunas versiones, durante la Guerra del Chaco, cuando los soldados filtraban con yerba cualquier líquido para combatir la sed. Pero esta explicación, más bien simple, no se ajusta a la documentación recolectada por los investigadores. La génesis de la bebida es mucho, mucho más antigua.
Víctor Segovia, titular de la Dirección de Antropología, Arqueología y Paleontología de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC), afirmó que existen documentos de los misioneros jesuitas del siglo XVII que dan cuenta de que en los pueblos guaraníes se tomaba, con fines medicinales, una bebida preparada con hierbas, agua fresca y yerba, usando los dientes como filtro.
El sabio Moisés Bertoni, a finales del siglo XIX, encontró en el Alto Paraná pueblos guaraníes que tomaban esta bebida, a la que llamaban, en el norte tareresí, y en el sur tereresí. Seguramente no recibía este nombre, tereré, en épocas precolombinas, pero es el que se instaló en el habla del paraguayo, a partir de la década del veinte del siglo pasado.
Cosa notable, se puede decir que el tereré es anterior al nombre con el que lo conocemos hoy, y que también precede a la existencia del paraguayo, ya que es precolombino. Y de paso zanja otra cuestión. En sus comienzos se bebía con agua fresca, por lo que también antecede al mate.
El tereré es inseparable de las hierbas medicinales, al punto de que ambos son considerados como PCI. Javier Torres, promotor cultural de Tereré Literario, un rincón del Mercado 4 que se especializa en la preparación de tereré con pohã ñana, recomendó consumir la bebida en guampa, con agua contenida en una jarra de aluminio.
Pero, como el whisky, para los escoceses, cada cual lo bebe como mejor le parezca, ya que no existe una manera canónica de hacerlo. Eso sí. No se puede dejar de tener en cuenta algunas recomendaciones que los expertos suelen señalar: nunca preparar el agua con más de tres hierbas diferentes; y si se va a apelar a una tríada de yuyos, la combinación debe incluir dos raíces y una hoja o dos hojas y una raíz.
Para el uso de la yerba también hay sugerencias. Siempre es mejor utilizar la común antes que la compuesta; y si se opta por la segunda, conviene no agregar al agua ninguna hierba adicional. Es recomendable consumir la bebida a la mañana, el momento propicio para encarar la jornada con mayor energía, apelando a los yuyos adecuados. A la tarde, es preferible no incluir las plantas, y a la noche, mejor no, porque es energizante.
Torres compartió la lista de tereré para cada día de la semana: lunes jorador, con kokû, menta´i y mbokaja; martes refrescante, con cedrón kapi´i, santa lucía morotî y tarope; miércoles karu vai, con batatilla, cedrón Paraguay y zarzaparrilla; jueves preparador, con agrial pytã, burrito y cedrón Paraguay; viernes energético, con kapi´i katî, kokû estero y santa lucía morotî; sábado mbareté, con hinojo, cedrón y batatilla; y domingo ka´u koê, con zarzaparrilla, kapi´i katî y menta´i.
Más allá de la frontera
El tereré es prácticamente desconocido en otros países de la región, a excepción de las provincias y estados que limitan con nuestro país. En el Litoral argentino, con fuerte raigambre guaraní e influencia paraguaya -por la cercanía y por ser refugio de muchos compatriotas-, sí se consume tereré, pero incluso en esos lugares la preparación es diferente a la nuestra.
Segovia reveló que, por experiencia personal, comprobó que los litoraleños que toman tereré no tienen por costumbre incluir pohã ñana en el preparado, y lo consumen solo con agua fría, cuando no lo están haciendo con jugos o con yerba saborizada.
Esto último nos recuerda a una versión de tereré no tan extendida, y desconocida para muchos, pero que también tiene una historia centenaria: el tereré ruso. Torres admitió no haber oído nunca de su existencia, aunque Segovia dio fe de que es tan real como la bebida tradicional.
“En Itapúa me contaron los descendientes de inmigrantes eslavos que a sus antepasados el tereré les resultaba amargo, por lo que en vez de con agua empezaron a tomarlo con jugo de naranja o de pomelo. En la actualidad en esa zona todavía hay quienes lo beben así”, explicó.
El tereré está tan arraigado en la cultura paraguaya que, heredera de la guaraní, tiene una fuerte influencia de la tradición oral, por lo que la comunicación, la solución de problemas y otros aspectos de la vida cotidiana, se alimentan en una ronda que, además, es un potente cohesivo social. Sin saberlo, Francisco Acuña de Figueroa, incluyó en los versos del Himno Paraguayo los dos conceptos inseparables del espíritu que vive en cada sorbo de tereré: unión e igualdad.