Dagogliano indicó que especialmente en la periferia de Asunción o en zonas de menores ingresos la venta es exitosa por la demanda de galleta. Por otra parte, crece el antojo por las facturas, como medialunas y similares. No obstante, otros dulces como los alfajores deben competir con los de nacionalidad argentina, que ingresan al país y ahí se genera un problema para los panaderos paraguayos.
"La pasta siempre sale bien, en invierno las panaderías incrementan su producción, especialmente las de más infraestructura", subrayó. En líneas generales, Dagogliano señaló que el sector aún no se encuentra bien, aunque esperan que el nuevo gobierno empiece a mirar más el rubro.
El empresario indicó que el rubro debe competir con jugadores con mucha influencia, como por ejemplo los supermercados, que incluyeron a los panificados en su oferta a granel, donde mantienen precios accesibles. "En nuestro caso, siempre intentamos lograr el equilibrio entre calidad y precio", enmarcó.
Dagogliano dijo que Maná en particular siempre tuvo su clientela, gente fiel a los panes y masas de confitería de este negocio ya histórico para Barrio Obrero, Asunción. No obstante, expresó que el acceso a créditos y apoyo por parte del Estado nunca está demás para potenciar el sector. Particularmente, Dagogliano requiere de apoyo para la adquisición de maquinarias.
Respecto a los insumos, acotó que no existen inconvenientes, tanto los proveedores harineros como los comercializadores de grasa siempre cumplen. "Los costos sí se elevaron, eso hace que producir nos cueste más caro. La parte energética también es muy importante, gastamos bastante en el proceso productivo", finalizó.