"La cantidad de vinos descorchados fue variable, pero se puede estimar que se descorcharon en promedio unas 300 botellas por noche de vinos blancos, rosados, tintos, secos, semisecos y dulces", expresó el presidente de la Capro, Rodrigo Rivarola. Asimismo, recordó que la concurrencia de público en esta edición se ajustó estrictamente a los protocolos del Ministerio de Salud.
Asimismo, indicó que los ingresos se agotaron rápidamente, lo que indica la enorme expectativa que generaba este evento. "Haciendo un primer balance se puede decir que aun en pandemia se logró el objetivo de dar continuidad a este evento tan esperado por el público. Todo fue positivo y es muy importante recalcar la actitud de la gente, que tuvo un excelente comportamiento", enmarcó Rivarola.
Con respecto al origen de los vinos descorchados durante los tres días, detalló que el evento contó con vinos argentinos, chilenos, brasileños, uruguayos, estadounidenses, australianos, sudafricanos, italianos, españoles, libaneses y franceses.
"En este momento la importación legal de vinos está muy golpeada por el contrabando. Es muy duro enfrentar tamaña competencia desleal, en especial teniendo en cuenta que las fronteras son extremadamente permeables", puntualizó. En complemento, aseveró que no existe ningún freno al contrabando y que las autoridades dejan pasar mucha cantidad de productos ingresados ilegalmente.
Complicidad
Por otra parte, Rivarola subrayó que hay que llamar a las cosas por su nombre: “el contrabando es un negocio absolutamente ilegal y quien compra productos ingresados de contrabando al país es cómplice de esa ilegalidad”, afirmó. Entretanto, apuntó que es solo cuestión de entrar a las redes sociales para ver que crecen como hongos los perfiles de supuestas bodegas virtuales que, obviamente, por los precios que ofrecen, son productos de contrabando.
“El contrabando afecta de un modo gravísimo al sector formal como a cualquier sector que debe enfrentar deslealtades y desigualdades. El contrabando es pan para hoy, pero hambre para mañana, afecta enormemente a las fuentes de trabajo formal”, finalizó Rivarola.