Para Velázquez, hablar de previsibilidad legal significa tener la certeza de que las normas no cambian de forma repentina y de que, en caso de un conflicto, existe un sistema judicial que resuelva con independencia. “Para una empresa es importante porque permite proyectar inversiones a largo plazo, calcular riesgos y planificar el crecimiento sin imprevistos”, remarcó.
En la práctica, la seguridad jurídica puede ser tan o más importante que las ventajas impositivas o la estabilidad macroeconómica. Muchas empresas observan el bajo nivel de inflación y los incentivos fiscales de Paraguay como atractivos, pero el marco legal es el que define si esa atracción se convierte en una decisión definitiva de instalarse. “Las inversiones requieren horizontes de 10, 20 o 30 años. Si no hay confianza en que los contratos o reglas de juego se van a respetar, difícilmente el inversionista decida apostar por el país”, explicó el especialista.
Comparado con países vecinos como Uruguay, Bolivia o Brasil, Paraguay muestra un balance mixto. Por un lado, goza de estabilidad económica, incentivos y baja presión tributaria, lo que lo posiciona como un destino previsible. Pero todavía hay pendientes: “Afrontamos desafíos respecto a la institucionalidad. En comparación con estos países, tenemos ventajas en previsibilidad, pero debemos cuidar y mejorar la seguridad jurídica”, señaló Velázquez.
El abogado considera que Paraguay ofrece actualmente un marco confiable, aunque admite que hay puntos a mejorar. Entre ellos, destaca la necesidad de acelerar los procesos judiciales, dotar de mayor independencia y rigor técnico a los organismos reguladores y, sobre todo, modernizar el aparato estatal. “Algunas medidas concretas serían digitalizar los procesos públicos, establecer mecanismos más ágiles para la resolución de controversias y promover diálogos permanentes entre sector público y privado”, propuso.
El rol de los abogados corporativos también es esencial en este engranaje. Velázquez los define como “traductores del sistema jurídico local”, responsables de guiar al inversor extranjero, anticipar riesgos y estructurar contratos sólidos que brinden confianza. En este sentido, funcionan como un puente que conecta al capital internacional con las oportunidades que ofrece el país.
Pero no todo son desafíos. El especialista resalta que las empresas que ya operan en Paraguay valoran profundamente aspectos como la energía competitiva, la ubicación geográfica estratégica, la estabilidad macroeconómica y la flexibilidad del mercado laboral. “Estos factores contribuyen a generar un ecosistema positivo entre los inversores, lo que es clave para que Paraguay siga atrayendo capitales”, concluyó.
Definitivamente, la previsibilidad legal, aunque invisible para muchos, se convierte en la base que sostiene cada proyecto de desarrollo, cada fábrica que se instala y cada empresa que decide apostar por el país.