¿Qué te llevó a involucrarte en el sector ganadero?
Realmente lo que me llevó a involucrarme en este rubro fue principalmente la tradición familiar de varias generaciones. A muy corta edad, incursioné en la vida de campo, me inculcaron el amor por los animales y el respeto por la naturaleza. Desde chica, mi mayor influencia fue mi abuelo, el doctor Herman Gehre, a quien siempre acompañaba en todas sus actividades ganaderas y viajes a la estancia. Él, aun siendo de otra generación, nunca cuestionó mi género y reconoció mis actitudes, cualidades y fortalezas para lidiar con una profesión como esta, que mayoritariamente estaba reservada para hombres. Mi amor por el campo, sumado a todo el apoyo que recibí, me motivó a estudiar agronomía y embarcarme en este desafío.
¿Cómo fue que te inclinaste por la cría de bovinos y, en específico, de la raza Brangus?
La Ganadera Santa Catalina es conocida por ser una de las pioneras de la Brangus en Paraguay. Y el hecho de crecer con esta noble raza me generó una gran pasión por ella y me impulsa cada día a optimizarla cada vez más por medio de la genética y selección. Mejorando así, todas sus aptitudes, pues combina calidad carnicera, fertilidad y rusticidad. Pero más que nada, la misma sobresale por ser un biotipo siempre productivo y más adaptado a nuestro campo y a condiciones extremas como las del Chaco.
¿Cómo transcurre normalmente tu jornada laboral en el campo?
Una jornada laboral normal empieza entre las 4:30 y las 5:00 de la mañana, siempre con un buen mate (ríe). Como mi otra pasión son los caballos, prefiero llevar a cabo mis tareas recorriendo a caballo, lo cual me lleva a lugares inaccesibles en comparación con la camioneta, pero más que nada me familiarizo mejor con todo el campo y los problemas que surjan. Dependiendo del día y la carga laboral, acompaño al personal de la estancia a hacer rodeos, sanidad y señalada de terneros, así como también trabajos en el corral en época de vacunación, marcación, palpación, etc. Por supuesto, todo esto, sin dejar de lado aquello que se relaciona con el manejo animal, organización y gestiones administrativas.
¿Qué es lo que más te apasiona del mundo ganadero?
Lo que me apasiona, además de todo lo expuesto anteriormente, es justamente esa vida de campo, los lugares magníficos que uno va conociendo y la interacción y contacto directo con los animales. Desde que tengo uso de razón y hasta hoy en día, siento que ir a la estancia es siempre una aventura. Me encanta la dinámica de encontrar soluciones a medida que aparecen los problemas y surgen los desafíos. Hace que la vida sea fluida, divertida y nada rutinaria. Aunque muchas veces sea difícil y sacrificado, todo vale la pena. Llevar a cabo cada proceso es algo muy significativo, y cada logro y progreso hacen que sea más gratificante la labor ganadera. En realidad, es un sentimiento inexplicable.
¿Cómo ves el rol de la mujer en este ámbito actualmente? ¿Crees que hay más mujeres liderando y abriéndose paso en el rubro?
Últimamente, la mujer desempeña un papel fundamental en las diferentes actividades del rubro ganadero; sin embargo, no siempre tiene la visibilidad que se merece. No obstante, lentamente, van adquiriendo un mayor reconocimiento y esa brecha entre géneros se va reduciendo. Y aunque las oportunidades están ahí, hay muchas limitaciones, retos y preconceptos erróneos que nos vemos obligadas a enfrentar, y por lo tanto una mayor presión para demostrar nuestra capacidad y profesionalismo. Sin embargo, por lo que yo veo, las mujeres cada vez más toman decisiones y ocupan cargos que están marcando el futuro de la actividad ganadera.
¿Qué les dirías o recomendarías a otras mujeres que están considerando dedicarse a la ganadería?
Yo diría que la proactividad, la disciplina y el optimismo son sumamente importantes, sin embargo, para superar retos y obstáculos, el ingrediente más importante desde mi punto de vista es sentir amor por el campo y una gran pasión por lo que uno hace. En el rubro ganadero no hay que tener miedo a los desafíos ni al fracaso, porque para lograr nuestras metas, no hay método infalible.