El verano es una temporada que invita al movimiento y la vitalidad, pero también plantea retos únicos para el cuidado del cuerpo. El calor, la exposición al sol y las actividades al aire libre demandan ajustes en nuestra alimentación y rutina de ejercicio.
Como primer punto, Rivarola enfatizó la importancia de la hidratación como el pilar fundamental del bienestar durante el verano. El profesional explicó que el calor incrementa la sudoración, lo que puede llevar a deshidratación sin que nos demos cuenta. Por ello, es esencial priorizar alimentos ricos en agua como sandía, melón, manzana y kiwi, que no solo refrescan, sino que aportan energía gracias a sus carbohidratos de calidad. Las hortalizas como el pepino, la lechuga y el apio también son grandes aliadas, ya que combinan un alto contenido de agua con fibra y nutrientes que favorecen la digestión.
En cuanto a las bebidas, el agua sigue siendo la mejor opción para la mayoría, especialmente si se elige agua mineralizada con sodio. Para quienes practican deportes intensos, las bebidas deportivas pueden ser útiles al reponer electrolitos y azúcares. Por el contrario, se deben evitar las bebidas azucaradas y con cafeína en exceso, ya que pueden deshidratar más.
El verano también trae consigo un auge de comidas al aire libre y en la playa, lo que exige atención especial. Según Rivarola, es crucial asegurarse de que los alimentos adquiridos sean frescos y preparados frente al consumidor, o bien estén sellados y mantengan la cadena de frío. La presencia de escarcha en productos envasados es un indicativo de que estos no han sido correctamente refrigerados, algo a considerar antes de consumir pescados, carnes u otros alimentos perecederos en climas cálidos.
La actividad física, otro aspecto central del verano, también requiere adaptaciones. Las primeras horas de la mañana, hasta las 9:00, o al caer el sol, luego de las 19:00, son ideales para evitar el impacto del calor extremo. En ambientes controlados y climatizados, el horario es menos importante, pero la hidratación y la ropa adecuada son esenciales. Prendas ligeras, transpirables y claras, junto con un calzado que permita ventilación, son imprescindibles para prevenir golpes de calor o lesiones.
El agua juega un rol destacado en las recomendaciones de Rivarola para mantenerse activo durante esta estación. Deportes como la natación, el aqua gym, el waterpolo o incluso el remo no solo ayudan a mantenerse frescos, sino que ofrecen beneficios cardiovasculares y musculares. Además, actividades en familia, como clases grupales en piscinas, son una excelente manera de mantenerse unidos mientras se ejercita.
Sin embargo, el calor puede ser un enemigo del rendimiento físico. La sudoración excesiva puede causar fatiga muscular y riesgo de calambres si no se reponen los líquidos y electrolitos perdidos. Por ello, es crucial conocer la tasa de sudoración individual y ajustar la ingesta de líquidos. Pesarse antes y después de entrenar es una estrategia sencilla para calcular estas necesidades y asegurarse de que el cuerpo esté adecuadamente hidratado.
La motivación para mantenerse activo en verano, según Rivarola, se basa en establecer objetivos claros. Desde metas estéticas, como lucir mejor en traje de baño, hasta retos personales como completar una carrera, las aspiraciones son un motor poderoso. Sin embargo, lo más importante es adoptar un enfoque orientado a la salud, valorando el impacto positivo que tiene en nuestra calidad de vida y relaciones personales.
El éxito, según el especialista, no está solo en alcanzar un estado de salud ideal, sino en sostenerlo a largo plazo. Este verano, la combinación de una alimentación hidratante, actividades físicas adaptadas al clima y objetivos claros puede ser la clave para disfrutar plenamente de esta temporada, cuidando tanto el cuerpo como la mente.