En el mercado regional, los precios del kilo vivo muestran estabilidad en los principales países proveedores. Paraguay registra un valor de US$ 1,82 por kilo vivo (aproximadamente G. 12.800), un nivel competitivo frente a vecinos como Brasil —que oscila entre US$ 1,58 y 1,66 según el estado— y por debajo de destinos de mayor valor como Uruguay (US$ 2,21) o México (US$ 2,52). Para los productores locales, esta estabilidad es clave para sostener la proyección exportadora en un contexto global de fuerte competencia entre proteínas.
El escenario internacional está acompañado por un repunte en insumos clave. La harina de soja, uno de los principales componentes de las raciones, subió de US$ 296 a US$ 331 por tonelada, lo que presiona los costos de producción. Aun así, la industria mantiene su ritmo de crecimiento gracias a la mayor inserción en mercados extranjeros. Por su parte, el dólar se mantuvo estable en torno a los G. 7.040, dando previsibilidad a los exportadores.
El gran motor del año es, sin dudas, el desempeño exportador. Entre enero y octubre de 2025, Paraguay envió 15.513 toneladas de carne y menudencias porcinas por un valor de US$ 46,6 millones. Esto representa un crecimiento del 57% en volumen y del 68% en valor respecto al mismo periodo del año anterior. El salto es tan significativo que algunos referentes ya hablan de un “año bisagra” para el rubro. Taiwán continúa liderando con más de la mitad de las compras, seguido por mercados recientemente abiertos como Filipinas y Singapur.
Para Delia Núñez, gerente general de la ACCP, este escenario confirma que Paraguay está entrando en una fase de expansión acelerada. En entrevistas recientes, subrayó que la demanda externa sigue creciendo y que el país necesita acompañar este ritmo con mayor inversión, crédito accesible y capacitación de mano de obra. “Vamos a necesitar muchísimo de talento técnico para sostener este crecimiento. Las industrias nuevas van a generar empleo y dinamizar comunidades enteras”, destacó.
En paralelo, el ecosistema ganadero también celebra avances en la carne bovina, un dato que no pasa desapercibido para la cadena porcina. Por primera vez, Estados Unidos se convirtió en el principal destino de exportación de carne vacuna paraguaya en octubre, con 7.731 toneladas embarcadas en un solo mes. Este salto reconfigura el mapa comercial y abre puertas para que otras proteínas, como el cerdo, fortalezcan su posicionamiento en mercados exigentes.
El boletín también resalta el creciente protagonismo femenino en el agro. Más de 500 mujeres de la región participaron del Primer Encuentro Internacional de Mujeres Protagonistas del Agro 2025, realizado en Asunción. Innovación, sostenibilidad y liderazgo fueron los ejes de un evento que evidencia el cambio cultural y generacional dentro de la cadena productiva.
Mientras tanto, la coyuntura internacional muestra señales mixtas. En Brasil, el precio del cerdo en pie cayó en octubre ante una menor demanda industrial y una mayor competitividad frente al pollo y la carne bovina. Aun así, Rabobank proyecta que la porcicultura brasileña seguirá siendo un motor regional durante la próxima década, impulsando precios internacionales y dinamizando el comercio.
En el plano sanitario, Taiwán levantó recientemente las restricciones al transporte de cerdos tras controlar un brote de peste porcina africana, una noticia alentadora para la estabilidad del mercado asiático. En Estados Unidos, la eliminación del arancel del 10 % a la carne argentina vuelve a mover el tablero comercial y plantea nuevos desafíos de competencia para Sudamérica.
Con todos estos elementos, Paraguay enfrenta un cierre de año prometedor. Más mercados, mejores precios y un ecosistema institucional que empuja hacia adelante colocan al sector porcino nacional en un lugar de privilegio dentro del mapa regional. La meta de cerrar el año con más de 20.000 toneladas exportadas está hoy más cerca que nunca. Si algo deja claro este 2025 es que la carne porcina paraguaya ya juega en las grandes ligas.