Es indiscutible el crecimiento que ha experimentado Paraguay en la adopción de instrumentos financieros. Más allá de contar con una cuenta bancaria, la expansión de las fintechs y el uso de billeteras digitales han contribuido significativamente a una mayor penetración financiera. Según datos del Banco Central del Paraguay, el nivel de bancarización al mes de abril de 2025 alcanzó el 81% de la población en edad de trabajar. Esto se traduce en 3.903.446 personas físicas que poseen al menos una cuenta de depósito en bancos o financieras, sobre un total de 4.809.487 personas mayores de 15 años.
El nivel de personas que poseen al menos una cuenta bancaria ha mostrado una evolución sostenida en los últimos cuatro años, con un crecimiento promedio anual del 12%.
Sin embargo, este dato no contempla a otros actores del sistema, como las cooperativas, que también cumplen un rol clave en la inclusión financiera. Actualmente, más de 2 millones de paraguayos son socios de alguna cooperativa, y en el sector de Ahorro y Crédito, más del 60% de las socias son mujeres.
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El panorama en cuanto al nivel de bancarización, teniendo en cuenta la cantidad de personas físicas con al menos una operación crediticia en bancos o financieras, es del 42%; es decir, existen unas 2.022.170 con algún crédito.
Para el economista Daniel Correa, otros indicadores podrían contribuir a obtener cifras más precisas sobre la realidad financiera de cientos de paraguayos. Entre ellos, mencionó el número efectivo de tenedores de tarjetas de crédito y débito y el uso que hacen de ellas, así como los movimientos de aquellos ahorristas con cuentas básicas que realizan pagos de servicios y/o transferencias a través del Sipap. También incluyó a quienes cuentan con algún tipo de seguro u otros productos financieros dentro del sistema. Además, consideró necesario incorporar a los burós de crédito a entidades no financieras, con el fin de ampliar la cobertura, ya que muchas personas también acceden a créditos a través de instituciones no reguladas.
¿Por qué creció?
Los técnicos del BCP estimaron que entre los factores que incidieron se encuentra la modernización del Sistema de Pagos del Paraguay (Sipap), mediante la implementación del Sistema de Pagos Instantáneos (SPI). Esta modernización introdujo un módulo de pagos interbancarios de bajo valor, disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana, que permite realizar transferencias en tiempo real (en cuestión de segundos) y exclusivamente en moneda local. La modernización en los servicios digitales también se vio reflejada en una menor utilización del efectivo, que incluso ha sido superado por la realización de transferencias electrónicas.
En ese sentido, Correa señaló que, si bien el acceso a cuentas básicas y las facilidades tecnológicas implementadas por las entidades reguladas representan un avance, aún se enfrentan barreras como la alta informalidad y el elevado nivel de endeudamiento de personas y empresas. Indicó que, durante la pandemia, el pago de subsidios a través de transferencias tuvo un fuerte impacto en el aumento del número de depositantes, “pero no necesariamente podrían ser considerados potenciales clientes”. Como alternativa para mantener e impulsar el uso de estas cuentas, propuso la creación de productos financieros adecuados a las realidades de los beneficiarios.
Lo que queda por hacer
A pesar del crecimiento sostenido en la apertura de cuentas de depósito, el acceso al financiamiento sigue siendo uno de los principales desafíos. Entre los factores que limitan este acceso se encuentran la informalidad laboral y la escasa educación financiera.
Estar bancarizado no siempre es sinónimo de estar verdaderamente incluido. Es necesario generar condiciones para que el crédito se convierta en una herramienta real de desarrollo. Correa consideró que el área rural, así como los segmentos de ingresos medios bajos y bajos, son las franjas poblacionales en las que debería hacerse mayor énfasis para promover su inclusión.
“Hay esquemas de incentivos que podrían realizarse en temas de pagos de salarios vía bancaria, o disminución de los costos de transacción en materia de pagos, transferencias, etc., que podrían ayudar en ese sentido”, sostuvo.
Si bien aún quedan medidas por implementar, el economista destacó que ya se han logrado avances en materia normativa para apoyar la inclusión financiera. Señaló que la nueva Ley de Medios de Pagos contribuirá en este sentido. Además, mencionó que las cooperativas representan un canal importante, ya que, a medida que se integren a los mecanismos de regulación del Banco Central del Paraguay (BCP) y al sistema de información crediticia (buró de créditos), se verán obligadas a operar con mayor formalidad. También valoró el trabajo realizado por la Dirección Nacional de Integración de los Servicios (DNIT) en esta línea, aunque consideró que todavía existe un espacio importante de mejora, especialmente en el segmento comercial.