“Hay una merma en la cosecha con relación al 2021, de al menos 30%. El año pasado hubo una superproducción y precios bajos. Ahora hubo inconvenientes por la sequía y las lluvias intensas continuadas. Luego días nublados y de mucho frío, lo que no permitió desarrollar mucho el follaje. Pero ahora con este calor va a ir mejorando”, dijo.
De igual manera, Gallardo consideró que se está teniendo una excelente producción. Precisó que anualmente hay un promedio de 12 millones de plantas cultivadas y la cosecha de frutilla anual ronda las 6.000 toneladas. En cuanto a la comercialización es de G. 12.000 a G. 15.000 por kilo.
Entre las variedades con más demanda están la Dover; una de las más populares, luego en menor proporción la Sweet Charlie y la Francesita.
El desafío: alargar el tiempo de cosecha
Posteriormente, mencionó que toda la producción no es proporcional a la industria, lo cual desanima a los productores, ya que a veces mucha de la materia prima se desperdicia en lugar de potenciar y aprovechar el valor agregado que se podría desarrollar al industrializar la frutilla y derivados.
“Es lo que más falta porque hay buena producción y mucho potencial. A finales de setiembre los productores pierden el interés por cosechar porque los precios bajan. Entonces se tendría que industrializar. Solo algunas empresas hacen el despulpado de la frutilla y la industrializan, pero es muy poco todavía y es una tarea que tiene que implementarse”, señaló.
Resaltó que el potencial que tiene la frutilla es muy grande y en Paraguay sobra materia prima. “Los productores hacen muy bien la tarea de producción en cuanto a rendimiento y calidad. Esa es la parte que falta, para que se pueda alargar el tiempo de cosecha que en un 80% solo va hasta setiembre”, expuso.
Evaluó que las empresas privadas podrían rentabilizar aún más sus productos teniendo en cuenta el volumen existente.
Variedades de frutilla
Entre las variedades más cultivadas están la nueva variedad de San Andrés, la frutilla de todo tiempo (proveniente de Itapúa), Sweet Charlie, Pepita doble, Dover y Francesita.
Sobre los ciclos de cultivo, la tempranera es la que se planta en febrero y se cosecha a fines de mayo hasta julio. Luego, la segunda cosecha tardía lleva adelante entre julio y setiembre.
También, algunas se siembran en abril y dependiendo del clima, si no llueve demasiado, puede ir hasta noviembre y diciembre, que al mismo tiempo depende del calor.
Producción de frutilla ronda las 6.000 tn anuales pero no se aprovecha potencialidad de industrialización
La temporada de cosecha de frutilla inició a finales de junio. Para este año, la merma se aproxima en un 30% a razón de la sequía y clima poco favorable para su desarrollo, según Julio César Gallardo, jefe técnico de la Dirección de Extensión Agraria (DEAg) del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).