Como lo mencionamos, la principal disposición que están tomando muchos países consiste en prohibir vuelos a ciertas regiones o negar la entrada a pasajeros que llegan de territorios afectados por la enfermedad, tal es el caso del gobierno de España que a partir de ayer hasta el próximo 25 de marzo impide la realización de vuelos directos desde Italia, y El Salvador en Centroamérica, cuyo presidente denegó la llegada de personas procedentes de China, Corea del Sur, Italia, Irán, Francia, Alemania y recientemente España.
Por su parte, Israel, en un intento de blindarse contra el coronavirus impone cuarentena durante dos semanas a viajeros que llegan desde naciones europeas y asiáticas afectadas, medida aplicada a israelíes y extranjeros con permiso de residencia, en tanto que aquellos que no cuenten con un lugar donde aislarse serán rechazados en la frontera.
Frente a estas determinaciones miles de personas de todo el mundo deciden abandonar sus planes de viaje, y la industria del turismo ya anunció grandes pérdidas para este 2020. No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS), sigue desaconsejando aplicar restricciones de viaje o comercio a países con brotes de Covid-19, puesto que estas pueden interrumpir la llegada de ayuda y apoyo técnico, perjudicar los negocios, y tener consecuencias socioeconómicas negativas en los países afectados, aunque no descarta que sean útiles en ciertas circunstancias y a corto plazo, en entornos con pocas conexiones internacionales y capacidad de respuesta limitada.
Las recomendaciones de la OMS para viajeros internacionales consisten primeramente en seguir las reglas generales de higiene personal ya difundidas -tener en cuenta las precauciones al toser y mantener 1 metro de separación de las personas que presentan síntomas, entre otras- además de insistir en las prácticas adecuadas de higiene alimentaria, incluyendo las cinco claves para la inocuidad de los alimentos.
Asimismo, los viajeros que estuvieron en zonas afectadas deben estar alerta ante la presencia síntomas en los 14 días posteriores a su viaje de vuelta, o ida, y seguir los protocolos nacionales del país en el que se ubican. Se recomienda a las personas que presenten síntomas como fiebre, tos o dificultad para respirar, ponerse en contacto con los encargados de proveer atención, preferiblemente por teléfono, para comunicar sus síntomas y el trayecto de viaje que realizaron.
Cabe destacar que el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay (MSPyBS), aconseja evitar países con circulación de la enfermedad para impedir dispersión, posponer viajes internacionales no esenciales y omitir viajar si no es necesario o imperativo .
Por su parte, la Organización Mundial del Turismo (OMT), insta a la responsabilidad personal a la hora de viajar, es decir, familiarizarse con las prácticas de prevención básicas y mantenerse informado sobre la evolución de la situación. “Los viajeros deben informarse periódicamente con la OMS y a través de otros medios fiables las últimas actualizaciones e información emitidas por los profesionales de la salud y los viajes”, menciona el comunicado.
Actualmente, la OMT estima que en 2020 las llegadas de turistas internacionales podrían disminuir entre un 1% y un 3%, en comparación con el crecimiento de entre un 3% y un 4% previsto a principios de enero, lo que significaría una pérdida de entre US$ 30.000 y US$ 50.000 millones en el gasto de los visitantes internacionales (ingresos por turismo internacional).
Hasta la fecha, se prevé que la región de Asia y el Pacífico sea la más afectada con una disminución de entre el 9% y el 12% en las llegadas de turistas internacionales en comparación con el crecimiento de entre un 5% y un 6% previsto a principios de enero.
IATA, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, comunicó pérdidas de ingresos globales de entre US$ 63 mil millones para este año, lo que podría ascender a US$ 113 mil millones en el caso de una difusión más amplia del Covid-19. En su análisis, IATA informa que los precios de las acciones de las aerolíneas han caído casi un 25% desde que comenzó el brote, unos 21 puntos porcentuales más que la disminución expuesta en otro contexto similar durante la crisis del SARS (síndrome respiratorio agudo grave) de 2003.