Gracias a la Ley Nº 6.105/2018, el ñandutí tiene su día y se conmemora como un patrimonio cultural paraguayo. Pero su relevancia no queda solamente como un simbolismo cultural, también representa el sustento de muchas familias, especialmente encabezados por mujeres artesanas.
Este arte de tejido tiene su origen en la ciudad de Itauguá y simboliza la creatividad y destreza de las manos paraguayas, en su afán de que el valor de nuestro arte trascienda generaciones. Actualmente, existe un esfuerzo articulado para que el ñandutí sea reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
La palabra ñandutí proviene del guaraní, y significa telaraña blanca. Este encaje, conocido por su delicadeza y por imitar el tejido de una araña, es uno de los símbolos culturales más representativos del país. Su producción se concentra principalmente en Itauguá, considerada la capital del ñandutí.
En cuanto a su presencia en la industria, referentes de la Asociación de Industrias de la Confección del Paraguay (AICP), el ñandutí ganó y sigue ganado terreno en la moda internacional. Diseñadoras como Morena Toro exportaron prendas que incorporan este encaje a mercados como Estados Unidos, Francia y España, aunque se enfrentan a desafíos logísticos, especialmente en la alta costura, debido a la necesidad de ajustes personalizados.
A pesar de esto, el ñandutí tiene gran potencial como producto de exportación. Los empresarios de la AICP destacan la importancia de innovar en los diseños y promover el ñandutí como un patrimonio cultural que no sólo enriquece la moda local, sino que también puede impulsar a la economía a través de la exportación. Según la AICP, es fundamental fomentar la producción artesanal y su inclusión en la alta costura para que este encaje siga siendo competitivo en el mercado internacional.
Varias marcas paraguayas están incorporando el ñandutí en sus diseños, destacándose tanto en el mercado local como en el internacional. Una de las más notables es Ocre, liderada por la diseñadora Rocío Achucarro, que revitalizó este encaje tradicional, incluyéndolo en sus colecciones presentadas en la Semana de la Moda de Asunción, por dar un ejemplo. Ella busca combinar lo tradicional con lo contemporáneo, entrelazando el ñandutí con telas de colores pastel y estampados florales.
En el caso de Morena Toro, adoptaron el ñandutí en sus diseños, trabajando directamente con artesanas de Itauguá para crear piezas únicas que ya están siendo exportadas a mercados difíciles.
El uso del ñandutí en la alta moda creció significativamente, con marcas como Aravoré y Maestro, que incorporan el tejido en prendas de lujo y contribuyendo a que esta artesanía paraguaya sea valorada y reconocida en el mundo de la moda.