Cada 11 de julio se conmemora el Día Mundial de la Población, una fecha impulsada por las Naciones Unidas. En el marco de la fecha, esta es la radiografía poblacional del Paraguay en este 2025.
El país cuenta con una población estimada de 6.417.076 personas, de las cuales 3.236.655 son hombres y 3.180.421 mujeres, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El país se encuentra en su punto óptimo del bono demográfico, con un 66,4% de la población en edad de trabajar (entre 15 y 64 años). Los menores de 14 años representan el 25%, mientras que los adultos mayores de 65 años alcanzan poco más del 8%.
“Paraguay está en su mejor momento demográfico, puesto que la estructura de la población hoy está conformada mayoritariamente por gente joven, gente en edad de trabajar”, dijo Iván Ojeda, director del INE.
En cuanto a la esperanza de vida, las mujeres paraguayas viven en promedio 78,5 años y los hombres 72,8 años. La tasa global de fecundidad, que en 1950 era de 6,5 hijos por mujer, hoy se sitúa en 2,1 hijos, justo en el umbral de reemplazo generacional.
En esa línea, la tasa de crecimiento poblacional anual es actualmente del 0,68%, en descenso sostenido, ya que se estima que para dentro de 25 años (en el 2050) alcanzará el 0,18% de crecimiento anual.
“Eso nos da la alarma de que el bono demográfico, que es una ventana de oportunidades que tienen los países… en el caso del Paraguay se va a empezar a cerrar”, añadió.
Las condiciones demográficas positivas se mantendrán durante los próximos 25 años. Para el año 2050, el INE estima que la población alcanzará los 7.119.137 habitantes, siempre que se mantengan las tendencias actuales de fecundidad, mortalidad y migración. La estructura poblacional experimentará un cambio significativo: los menores de 14 años representarán el 17,4%, mientras que los adultos mayores de 65 años aumentarán hasta el 16,4%, equiparándose prácticamente con el grupo infantil. La población en edad de trabajar (15 a 64 años) comenzará por primera vez en un siglo a descender, ubicándose en 66,2%, lo que marcará el inicio del cierre del bono demográfico.
Por otro lado, la esperanza de vida seguirá en ascenso: las mujeres vivirán en promedio 82,2 años y los hombres 76,9 años, lo que plantea desafíos crecientes en materia de salud, pensiones, infraestructura e inclusión para una población cada vez más longeva.
El director del INE advirtió que, aunque el bono demográfico se mantendrá vigente hasta aproximadamente 2050, es fundamental capitalizarlo con políticas públicas claras, especialmente en salud, educación y empleo. Actualmente, muchos adultos mayores siguen activos en el mercado laboral, lo que abre paso al concepto de economía plateada, una tendencia global que reconoce el valor productivo de las personas mayores.
Ante el aumento sostenido de la esperanza de vida, Ojeda subrayó la necesidad de repensar la infraestructura urbana y social, desde hospitales geriátricos hasta viviendas y espacios públicos accesibles, para adaptarse al envejecimiento poblacional.
El economista José Oviedo consideró que Paraguay atraviesa actualmente su mejor momento demográfico, pero no está capitalizando de forma efectiva el bono poblacional. Si bien el país está atrayendo inversiones, principalmente en sectores como el inmobiliario y el agropecuario, estas áreas no exigen mano de obra altamente calificada, lo que limita las oportunidades de crecimiento sostenible a largo plazo.
Oviedo advirtió que el principal desafío es la falta de preparación del capital humano. “Paraguay tiene muchas condiciones favorables: población joven, energía barata, impuestos bajos y abundantes recursos naturales. Pero no estamos dotando a esa población de las herramientas necesarias para insertarse en empleos de mayor nivel. Ahí radica nuestro principal déficit”, explicó. Para el economista, el país debería orientar con más decisión sus políticas públicas hacia la mejora de la calidad educativa y del sistema de salud, como también hacia una mayor industrialización de su producción agropecuaria.
De cara al futuro, Oviedo subraya que el foco debe estar en lo que puede hacer el sector público hoy, sin perder de vista el escenario que se avecina con el cierre del bono demográfico. “Tenemos que planificar ahora, antes de que pase el tren. Si no fortalecemos el capital humano, difícilmente podremos atraer industrias de mayor nivel que generen empleo formal y de calidad”, concluyó.