ENE es una marca dedicada exclusivamente a la fabricación de indumentarias para niños de hasta 8 años, pensadas para acontecimientos especiales, cumpleaños, bautismos o casamientos, aunque durante la pandemia, el contexto de nulas salidas llevó al surgimiento de la nueva línea de ropa para la casa, Saraki. Del mismo modo, confeccionan baberos, vestidos de niña y zapatitos de su propia línea, Py’i.
Nos recibió en su taller la propietaria de ENE, Gabriela Cáceres, quien en 2016 comenzó a confeccionar a partir de sus primeras dos inspiraciones y modelos, sus hijos pequeños. Solo con algunas telas y sin inversión monetaria inicial, llegó el día en el que tuvo la oportunidad de invertir U$S 5.000, la suma requerida para adquirir las primeras máquinas industriales y así lograr un volumen de producción importante, que en 2021 (aunque ligeramente alterado por la pandemia) se promedia en 400 conjuntos mensuales (camisas, pantalones, zapatos), es decir 800 prendas.
La cadena de valor generada por ENE se extiende a decenas de personas, ya que Gabriela trabaja, además de en su taller central con dos productoras, con mujeres costureras y zapateros que emprenden con asistentes en sus propios talleres; también deliverys y empresas de packaging y artículos de la tienda (perchas biodegradables). “Siempre estoy buscando que las personas a mi alrededor crezcan”, aseguró Cáceres, quien comentó que muchas de las mujeres a las que otorgó empleo, hoy son sus proveedoras.
Los materiales utilizados para todas las líneas de indumentaria son telas nacionales, y resaltan las líneas de ao po'i y líneas con apliques de faja paraguaya provenientes de talleres de otras mujeres emprendedoras.
El objetivo inmediato de ENE es ser un producto conocido en todo el territorio nacional, siendo un top of mind al hablar de ropas para niños. Así también, llegar a más personas a través del e-commerce. Es un plan que será concretado en los próximos meses, gracias al beneficio obtenido por Acción Mipymes, con lo que se concretará la adquisición de un software y la construcción de una página web completa que permita el incremento de las ventas con e-commerce.
“Al principio mi sueño era exportar, pero al conectar más con mis propios clientes, me dí cuenta de que como marca nacional, quiero vender a la gente de acá y que a la gente le guste”, afirmó Cáceres, y agregó que recibió cuestionamientos sobre su emprendimiento debido a la abundancia de productos brasileños y argentinos compitiendo en el rubro, sin embargo ella optó diferenciarse por la calidad y la conexión con sus clientes. “Es una marca que va creciendo con fuerza. aceptación, con mucha emoción. Antes del nacimiento o incluso antes de ser mamás, dicen, voy a vestir a mi hijo con ENE. Y vienen después de un tiempo, ya con sus bebés”, relató.