A días de cerrar el ejercicio, el panorama del 2025 para el sector bursátil se vuelve más claro. La BVA registró un volumen de operaciones de G. 54,1 billones (US$ 7.749 millones) a noviembre, lo que representa un crecimiento del 21% respecto al mismo periodo del año anterior.
En ese sentido, el mercado primario movió US$ 1.025 millones, marcando un aumento del 61%, con mayo y octubre como los meses de mayor actividad en las emisiones. A su vez, se espera que diciembre mantenga este alto dinamismo, propio de los últimos días del año.
“El mercado primario está muy relacionado con las inversiones, con la formación bruta de capital fijo. Se ve mucho en maquinarias de industrias, mucha importación. Eso anticipa crecimiento. Si estás invirtiendo en maquinarias, en capital, definitivamente eso va a generar producción a futuro, eso está muy ligado. También el crecimiento en el dinamismo de los fondos de inversión tiene que ver con eso”, expresó.
El crecimiento cobra aún mayor valor considerando que en 2025 ya no se registraron emisiones de bonos del Tesoro en la bolsa, lo que consolidó al sector privado como principal protagonista. Si bien el mercado secundario también superó el volumen del año pasado —lo que refleja mayor liquidez y movimiento de títulos—,lo más importante es que las empresas están usando cada vez más la bolsa para financiarse, mientras que los inversores refuerzan su confianza en este instrumento como alternativa de inversión.
Las emisiones de títulos en la BVA durante el 2025 se realizaron a una tasa de interés promedio de 10,3% para las operaciones en guaraníes, a un plazo promedio de 4,4 años (1.611 días); mientras que la tasa de interés promedio en dólares fue de 7,15% y el plazo promedio se ubicó en 4,3 años (1.559 días).
Un 2026 con oportunidades y desafíos
De cara al 2026, el mercado de capitales se prepara para atravesar un periodo de “acomodo” en reglamentación y tecnología, si bien implicará desafíos operativos, será clave para dar un nuevo salto en eficiencia. El proceso incluye la coordinación entre la Bolsa de Valores y la Caja de Valores, con nuevas dinámicas de funcionamiento que demandarán un periodo de adaptación. “Es toda una nueva operativa, va a tener su tiempo de acomodo, pero estamos seguros de que lo vamos a lograr”, señaló Paredes.
A su vez, mantener el buen desempeño de las emisiones primarias permitirá apuntalar el crecimiento en las negociaciones. En ese sentido, Paredes consideró que las emisiones anuales deberían llegar a niveles cercanos al 5% del PIB, lo que representaría alrededor de US$ 2.500 millones por año.
Además, nuevos sectores podrían comenzar a utilizar el mercado de capitales como fuente de financiamiento, entre ellos empresas del rubro tecnológico, que hoy requieren fuertes inversiones, así como industrias , especialmente las de alimentos, que están despertando un creciente interés por parte de capitales extranjeros. También mencionó oportunidades en zonas estratégicas del país, impulsadas por proyectos de infraestructura y corredores logísticos, que dinamizarían aún más la inversión regional.
Otro punto central para el próximo año será la consolidación del guaraní como moneda de inversión, con operaciones privadas de gran volumen que ya se encuentran en conversaciones.
De concretarse, estas transacciones reforzarían el apetito por activos en moneda local y empujarían al Gobierno a continuar con la estrategia de emisión en guaraníes, un factor considerado positivo desde el punto de vista financiero y estratégico, ya que reduce la exposición al tipo de cambio.
Con este escenario, Paredes proyecta un 2026 “movido”, intenso y lleno de oportunidades, pero también con grandes desafíos. El creciente interés internacional, el aumento del volumen de operaciones y la magnitud de los proyectos en carpeta colocan a Paraguay en el radar regional como un mercado que empieza a jugar en otra liga.