Según Giménez, desde la cartera estatal a su cargo apuntan a que el 2025 les sirva para consolidar una agricultura de mercado, que beneficie tanto a pequeños como a grandes productores, teniendo como enfoque la modernización y la sostenibilidad de la producción.
Asimismo, Giménez destacó el esfuerzo realizado para estabilizar los precios de productos clave como el tomate, que inició el año con costos inflacionarios y logró cerrarlo con precios más accesibles, gracias a un aumento en la producción. Además, el sector hortícola logró un hito con la exportación de 1.800.000 kilos de tomate al mercado argentino, generando ingresos superiores a G. 6.000 millones y promoviendo el impacto social en comunidades productoras.
En el ámbito tecnológico, el MAG avanzó con la implementación de herramientas de monitoreo como tablets con capacidad de georreferenciación para controlar cosechas y gestionar insumos. “Queremos una agricultura competitiva, no de subsistencia. Esta modernización también motiva a los jóvenes a integrarse al sector”, afirmó Giménez.
El programa de ferias también tuvo un impacto positivo, permitiendo a los productores triplicar sus ingresos y fortalecer la economía local. El ministro subrayó que el objetivo es que estos eventos sigan promoviendo la independencia de los productores y generando identidad a través de productos autóctonos como el queso, los huevos y el maíz.
Mirando hacia adelante, Giménez enfatizó la importancia de trabajar en la equidad del sector agrícola, especialmente para los productores vulnerables. La estrategia del ministerio incluye la distribución de material genético y tecnología como sistemas de regadío y mallas mediasombra, especialmente diseñados para enfrentar las temporadas de calor, un desafío histórico para la producción hortícola.
El objetivo del 2025 es convertir la agricultura familiar campesina en una “unidad productiva eficiente” que no solo satisfaga la demanda interna, sino que también participe en cadenas de exportación. “La mejor barrera contra el contrabando es un volumen constante de producción”, declaró el ministro, destacando la necesidad de una oferta sostenible para estabilizar el mercado.
En ganadería, la apertura de mercados internacionales sigue siendo una prioridad. Tras el éxito en la exportación de carne a los Estados Unidos y Canadá, el ministerio busca posicionar a Paraguay como un referente en calidad genética. Sin embargo, la caída en los precios de la carcasa preocupa al sector. Para abordar este problema, desde el MAG se plantea la creación del Instituto Paraguayo de la Carne, que funcionaría como un espacio de diálogo entre la industria y los productores.
El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea representa una oportunidad clave para los productos paraguayos, especialmente los orgánicos certificados, un nicho en crecimiento. El titular de la cartera agraria también resaltó el éxito en la exportación de piñas, chía y sésamo, productos que lideraron las ventas este año.
“Nuestro desafío es consolidar una agricultura sostenible que permita pensar en una agroindustria a mayor escala”, afirmó Giménez. Con la promesa de apoyo crediticio y tecnológico, el MAG busca convertir los logros de este año en bases sólidas para una transformación estructural del sector.