El titular de la Appec dijo que se va un año complicado pero a la vez también histórico por lo que representa para toda la cadena cárnica el ingreso al mercado estadounidense. “A nosotros los productores realmente nos llena de orgullo por haber vuelto a abrir este mercado tan importante después de tantos años y, por supuesto, esperamos que esto colabore en el sentido de servirnos como un pasaporte para acceder a otros destinos, así como ocurrió en su momento, cuando abrimos la comunidad europea hace más de 10 años”, manifestó.
Señaló que el hecho de exportar a EE.UU., un mercado muy valioso al que solo 18 países tienen acceso, es una gran satisfacción que genera además mucho entusiasmo y estímulo para seguir adelante con el negocio ganadero, a pesar de haber afrontado un año muy complejo.
“El 2023 fue un año realmente duro para la ganadería donde tuvimos altibajos muy importantes, en el cual resalta setiembre, donde la faena fue extremadamente baja a consecuencia de problemas logísticos y también a la retracción de los mercados. Podemos decir, que fue un año en el que no tuvimos algo que se necesita y mucho en este rubro, que es la previsibilidad”, subrayó.
Según Maluff, un ejemplo de ello es que en setiembre el desplome de la faena tiró los precios muy abajo, quedando los mismos en menos de US$ 3, perjudicando considerablemente a los productores.
“También vale la pena significar algo que siempre se está cuestionado: nosotros siempre somos precisos al decir que cuando más se faena para exportación, más carne hay para el mercado doméstico. Lo que significa que hay disponibilidad de un porcentaje importante de la media res, que equivale a un 17% más o menos, que sería la costilla, un corte extremadamente valioso para el consumo interno”, enfatizó.
Explicó que en el noveno mes del año, cuando mermó la faena a causa de la caída de las exportaciones, el precio de la costilla subió mucho, pero luego, entre octubre y noviembre cuando se empezó a faenar de vuelta, los precios volvieron a bajar y a estabilizarse.
“Entonces, esa fue la señal más clara para ratificar lo que nosotros siempre venimos diciendo, que tenemos que estar tranquilos y celebrar cuando Paraguay está exportando bien porque eso permite que haya carne suficiente en el mercado local y que los precios no se disparen”, precisó.
Para el presidente, otro factor que también dificultó el andar de los productores fue la cotización del ganado. “El precio promedio de novillo para exportación que es el que se utiliza como referencia cuando se habla de valores en la región y en el mundo, estuvo en US$ 3,30 y este precio, lastimosamente, para el productor paraguayo no compensa, sino todo lo contrario, se encuentra por debajo de sus costos.
No obstante, mencionó que se trata de un tema muy delicado, el cual esperan abordar y trabajar el año que viene. “Hoy podríamos decir que parece que los astros se están alineando y que la industria también está consciente de que tenemos que trabajar juntos para mejorar nuestra participación en los mercados donde ya estamos. Llegar con carne premium a EE.UU. sería, por ejemplo, nuestra principal meta para el 2024, porque la logística nos permite llevar carne envasada al vacío, enfriada y con buena vida útil, por lo cual vamos a enfocarnos en eso”, adelantó.
Para Maluff, nuestro país, como Uruguay, cuenta con un volumen de carne relativamente razonable, a diferencia de Argentina y Brasil, por lo que buscar los mercados donde podamos vender nuestro producto de la mejor manera posible debe ser la consigna.
“Y el trabajo que nosotros visualizamos para adelante es que la industria consiga mercados más valiosos para habilitar, y que los precios acompañen al productor, o sea, queremos hacer en conjunto un trabajo de ganar y ganar donde el productor también se suba al carro y reciba los beneficios de mejores ventas en el exterior”, refirió.
Finalmente, expresó que ven con entusiasmo y optimismo el 2024, aunque continuarán manteniendo la cautela en lo que respecta a los precios y también al comportamiento del clima que es otro de los factores que este año contribuyó a que la situación no sea la mejor, especialmente en el Chaco, zona afectada desde hace más de dos años por la escasez de lluvias.