En un comunicado, el director general aclaró que la palabra pandemia no debe usarse a la ligera o descuidadamente, puesto que puede generar miedo irracional o pensar erróneamente que la lucha está perdida. “Describir esta situación como pandemia no cambia la evaluación de la OMS sobre la amenaza que representa este virus, ni tampoco lo que la organización está haciendo ni lo que los países deberían hacer”.
Lastimosamente el miedo irracional es lo que se apodera de muchos, y por ejemplo tras declaración del Ministerio de Salud de suspender todas las actividades masivas o privadas, las personas acudieron en masa a los supermercados a abastecerse como si se tratara de un apocalipsis, cuando precisamente lo que se busca es evitar acudir a espacios concurridos. Aunque, quizás, podría entenderse cuando hace apenas unas semanas la preocupación central era el dengue.
Por otra parte, la otra pandemia que trajo consigo el Covid-19 es la desinformación, si no es uno mismo de seguro conoce a alguien que recibió un mensaje/audio de Whatsapp que recomendaba cuidarse según los consejos de un médico europeo y, a veces, la noticia falsa parecía ser más veraz al involucrar a organizaciones como la Unicef, que salió a desmentir unas supuestas recomendaciones. Es sabido, la gente le teme a lo que no conoce, después de todo este virus apenas tiene dos meses de ser reportado e incluso la propia OMS alienta a mantenerse informado sobre los últimos datos recabados.
Conociendo al enemigo
“La Covid-19 es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente. Tanto el nuevo virus como la enfermedad eran desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019”, según la OMS.
El coronavirus pertenece a una familia de virus que causan enfermedades en animales y humanos, y en estos últimos, se sabe que causan enfermedades respiratorias. Y, así como la influenza (ya sea A o B), se contagia a través de las gotas que se expelen al toser, estornudar o exhalar y estas llegan a la boca o nariz de personas cercanas.
Otra forma de transmisión es al entrar en contacto con objetos y superficies contaminadas por el virus y luego tocarse los ojos, la nariz o la boca. Según la Sociedad Paraguaya de Infectología, el Covid-19 perdura en superficies –dependiendo de la temperatura o la humedad del ambiente de acuerdo a la OMS– como metal, vidrio o plástico hasta nueve días, pero puede inactivarse mediante desinfección con alcohol al 62-71% o hipoclorito de sodio (lavandina) al 0,1% en 1 minuto. Mientras que un estudio realizado por Institutos Nacionales de la Salud, la Universidad de Princenton, y la Universidad de California, sugirió que el Covid-19 podría permanecer hasta 3 horas en el aire, 4 horas en el cobre, 24 horas en el cartón y de dos a tres días en el plástico y en el acero inoxidable.
Lo que diferencia al Covid-19 de la influenza es “la facilidad que posee de transmitirse, es decir su contagio es mayor, según lo que tenemos identificado. Una persona enferma por el Covid-19 puede contagiar a tres, mientras que una persona con influenza contagia a una o dos personas”, afirmó Elena Candia, presidenta de la Sociedad Paraguaya de Infectología.
Además, lo que caracteriza al Covid-19 de otras afecciones respiratorias son sus síntomas: fiebre, tos seca y dificultad para respirar. “No produce moco, congestión, rinorrea, tampoco el mal estado general, de dolor de cuerpo y cabeza, como sucede con la influenza que es más aparatosa. Si bien pueden estar presentes estos síntomas en el coronavirus es en una escala mucho menor”, aclaró Candia.
En términos numéricos, el 80% se recupera de la enfermedad mediante un tratamiento sintomático, 15% puede presentar formas graves con insuficiencia respiratoria con necesidad de internación y de estos, 5% podría ingresar a Unidad de Terapia Intensiva. De estos últimos, 3% podría fallecer, de acuerdo a Candia.
Desde el contagio hasta la recuperación
Desde que la persona entra en contacto con el virus hasta que aparecen los síntomas –periodo de incubación– puede pasar en promedio cinco a siete días, según Candia, no obstante existe una variación de entre uno a 14 días.
Mientras que el periodo de contagio, puede empezar “dos días antes de que empiecen los síntomas por medio de las secreciones nasales, por eso tanto se insiste en que tomemos medidas de higiene, y hasta 20 días después del inicio los síntomas el contagio puede extenderse”, aclaró Candia.
Y si bien el 80% puede cursar la enfermedad con un tratamiento sintomatológico, hay grupos de riesgo como pacientes inmunodeprimidos, personas mayores de 60 años, quienes padecen afecciones subyacentes como hipertensión arterial, problemas cardíacos o diabetes, así como fumadores.
Mejor prevenir que curar
“No solo acá sino en otros países hay una tendencia de buscar medidas alternativas para tratar de mitigar los síntomas, pero tenemos que afirmar las medidas que funcionan. Tomar bebidas calientes, infusiones con ajo… Nada de esto está demostrado científicamente, lo que sería prudente es seguir las recomendaciones de lo que funciona, si bien causa temor, la gente también no cumple las recomendaciones. Entonces, si estás enfermo, te quedás en la casa a reposar, si tenés síntomas respiratorios, quedate en la casa y llama a los números correspondientes”, enfatizó Candia.
En momentos de pánico, no faltan las curas mágicas, pero primero que cada es mejor seguir las recomendaciones básicas:
- Lavado de manos con agua y jabón.
- Desinfección con alcohol gel, si las manos no están visiblemente sucias.
- Cubrirse con la parte interna del codo la boca o nariz al toser o estornudar.
- Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.
- Permanecer en casa si no se encuentra bien.
- Mantenerse informado sobre las últimas novedades en relación con la Covid-19.
- Utilizar mascarillas solo en caso de presentar síntomas respiratorios.
- Evitar compartir mate o tereré.