“Estamos en franco crecimiento y tenemos dos proyectos grandes: levantar una nueva cabaña dentro del predio y para la comodidad de nuestros clientes habilitaremos en primavera un restaurante, debido a que por el momento no tenemos servicio de gastronomía y queremos ampliar nuestras ofertas para una mayor atención a los huéspedes. Pero por ahora la gente puede ingresar sus comidas y bebidas”, explicó Liz Alcaraz, propietaria de la Mi Refugio.
En cuanto a infraestructura edilicia, la posada dispone de 10 habitaciones regulares amobladas, acondicionador de aire, heladera, televisor, baño privado; además de una suite matrimonial con jacuzzi. En tanto que los espacios comunes de la posada están compuestos por tres piscinas, un quincho principal, quinchos privados, espacio para recreación, área de juegos y parquecito para los niños.
“Considero que el nivel de calidad de nuestros servicios se encuentra acorde al precio. Ofrecemos a nuestros huéspedes el mayor nivel de confort. Aquí se olvidan de la vida rutinaria, descansan y renuevan energías”, sostuvo.
Alcaraz recordó que Mi Refugio, ubicado en la zona de Estanzuela, Areguá, inicialmente era -como en muchos casos en este tipo de negocio turístico- una quinta familiar; y hace cinco años fue convertida en una posada turística que está registrada como tal en la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur).
Respecto a la cantidad de huéspedes registrados en el 2023 (en comparación al 2022), la propietaria señaló que, debido a la crisis económica posterior a la pandemia, tuvieron que mantener sus precios, pero añadió que tienen una clientela formada, por lo cual no disminuyó ni aumentó.