El objetivo principal de la Semana Mundial de Sensibilización de la Sal, celebrada del 13 al 19 de mayo pasados, es reducir el consumo de sal o sodio en la población mundial, de manera a proteger nuestra salud cardiovascular, pues cada vez hay más evidencia de que en altas cantidades provoca enfermedades graves, como presión arterial alta, y contribuye a sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
“La hipertensión arterial es la causa número uno evitable de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular y problemas vasculares. Y está prácticamente asociado al consumo excesivo de sodio o sal. Pero también contribuye la baja cantidad de potasio que consumimos en el día”, explicó Sergio Vergara, especialista en cardiología y obesidad.
El profesional, incluso, puso principal atención a la dieta a la que estamos acostumbrados. “La dieta occidental, en la que nos acostumbramos a hacer todo rápido, todo empaquetado, nos lleva a ingerir una cantidad exagerada de sodio. Porque para conservar estos alimentos se necesita sodio. Entonces, ahí está el problema con el exceso de sodio”, refirió.
Cantidad de sal recomendada
El especialista agregó que en la actualidad llegamos a acumular hasta 13 g de sodio por día a través de lo que comemos. “Eso es exageradamente alto, siendo que nuestra fisiología está preparada para recibir 6 gramos de sodio por día, y su contraparte en potasio, o sea, 6 gramos de este mineral. Tenemos que consumir más comida real, la comida que hacían nuestros abuelos, comida casera”, indicó.
La enfermedad cardiovascular a menudo ocurre cuando la grasa y el colesterol se acumulan en las paredes del vaso sanguíneo o arteria. Es por ello muy importante cuidar la cantidad de sal que consumimos, de modo a evitar este tipo de enfermedad que es muy común en todo el mundo.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) cada año mueren más personas por enfermedades cardiovasculares (ECV) que por cualquier otra causa. Asimismo, menciona que el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular aumenta por una alimentación poco saludable, por un bajo consumo de frutas y verduras y un consumo elevado de sal, azúcares y grasas.
Además, sostiene que una alimentación poco saludable contribuye a la obesidad y el sobrepeso, los cuales a su vez son factores de riesgo para las ECV; y que las personas que no hacen actividad física suficiente tienen entre un 20% y un 30% más de probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares.