El dengue, la enfermedad transmitida por la picadura de un mosquito infectado con uno de los cuatro serotipos del virus, registró en las últimas semanas más de 58.000 casos y continúa propagándose con mucha fuerza por zonas como Central, Asunción, Itapúa, Paraguarí, Cordillera, Alto Paraná, Caaguazú y Guairá.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “en la mayor parte de los casos, el dengue causa síntomas leves o incluso ningún síntoma y se cura en una o dos semanas, pero en casos infrecuentes se agrava y puede causar la muerte”.
Los síntomas comunes son fiebre elevada, dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos, dolor muscular y articular, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos y salpullido. Mientras que los síntomas de alarma, que suelen presentarse cuando desaparece la fiebre, son: dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, respiración acelerada, hemorragias en las encías o la nariz, cansancio, agitación, vómitos o heces con sangre, sed intensa, piel pálida y fría, debilidad general.
La enfermedad cursa en tres fases. La febril se extiende por dos a siete días y se acompaña de fiebre súbita y alta, enrojecimiento facial, dolor corporal, cefalea y dolor retro-ocular; la crítica inicia cuando desaparece la fiebre o desciende a 37,5 grados, -dura entre 48 y 72 horas-, que es cuando puede aumentar la permeabilidad capilar (pérdida de líquido) paralelamente con los niveles del hematocrito; en la de recuperación mejora el estado en general, se recupera el apetito.
Sin embargo, en algunos casos el dolor muscular puede persistir, así que si se desea retomar las actividades físicas, primero se debe contar con el alta médica y de manera progresiva.
Según María Laura Ayala, kinesióloga y fisioterapeuta, “es sumamente importante acudir al profesional para primeramente poder ser evaluado, guiado y obtener las recomendaciones adecuadas, de modo a no terminar forzando el cuerpo y así evitar sufrir lesiones”, recomendó.
La especialista aclaró que los dolores son parte del proceso de la patología en sí, pero estos deberían ir disminuyendo a medida que el paciente va mejorando. “Si persisten los dolores muy intensos en alguna parte del cuerpo, el paciente debe ser reevaluado por el médico tratante por si se necesita alguna medicación o fisioterapia que ayude a combatir el dolor, tanto articular como muscular”, aclaró.
Lo ideal es arrancar con caminatas, un poco de natación, pilates, baile y luego aumentar la intensidad de los mismos. Finalmente, ir combinando todo lo anterior con fortalecimiento muscular que debe ser personalizado y específico para cada caso en particular.
Todo esto debe ir acompañado de una buena alimentación y, sobre todo, las horas de sueño correspondientes, que son entre 8 a 10 horas.