El mundo cambió, entre ellos el laboral, después de la pandemia, y quedó instalado el trabajo híbrido y un mayor enfoque en el bienestar del colaborador. ¿Cuál de ellos está generando mayor resistencia y cuál tiene mayor aceptación?
Tanto el trabajo híbrido como el bienestar son dos conceptos muy relacionados. De hecho, el trabajo híbrido, el remoto, la posibilidad de estar algunos días en casa, es parte del bienestar que los colaboradores pregonan y están buscando. Sí hay es una necesidad de tomar conciencia de lo necesario que es evolucionar en estos conceptos. Y en algunos casos hay cierta resistencia.
El trabajo remoto requiere mucha confianza, un liderazgo muy inspirador, muy motivador de parte de la persona con mayor responsabilidad, del líder. “Si sos una persona acostumbrada al micromanagement, o a controlar o a sancionar y que necesita estar mirando al colaborador para confiar en que está trabajando, entonces el trabajo remoto es una gran barrera. Ahí tenés organizaciones con mucha resistencia hacia estas modalidades. Y lo mismo pasa con el bienestar”, afirmó Linardi.
¿Se necesita un tipo diferente de liderazgo?
Hoy es importante la comunicación, la inspiración, la pregunta, la participación, la explicación de razones. Y el modelo old school de liderazgo no tiene nada de esto. Lo que más escuchamos normalmente es “esto hay que hacerlo así porque yo lo digo y se terminó”. Ese tipo de palabras, tan incorporadas en el vocabulario del líder, así como bajar línea o controlar, repelen a los talentos, no tanto a los colaboradores promedio y de bajo rendimiento porque esa gente no tiene la posibilidad muchas veces de irse de las empresas.
Pero los talentos, las personas que realmente se destacan, las que tienen para aportar, no aceptan hoy ese tipo de tratos. Entonces, cuando hablamos del bienestar, gran parte de él -aparte del trabajo híbrido-, es el involucramiento, el respeto, la confianza, la relación que se genera, el trato interpersonal, el feedback que se da, constructivo, respetuoso. Y esas cosas, que parecen manual básico, son las que muchas veces no están en la agenda actual.
¿Se puede medir esto en términos de productividad?
Es una pregunta muy interesante. Cuando uno está habitado por una emoción positiva genera mejor predisposición para la accountability y para tener mayores niveles de compromiso en las tareas. Eso podría derivar en una mayor productividad. Cuando tenés a la persona motivada, inspirada, te va a dar la media milla extra. Cuando no la tenés comprometida, te va a dar lo justo y necesario para cumplir su tarea. Según un estudio de Gallup, casi el 80% del diseño del colaborador se podría predecir conociendo las características del jefe.
¿La disyuntiva es reaprender o desaparecer, o no es tan así?
No quiero ser tan extremista, pero en el largo plazo es desaparecer. En gestión con personas las evoluciones son paulatinas, por lo que podemos decir que la disyuntiva no es blanco o negro, pero sí que lo que a un profesional lo trajo hasta donde está hoy no va a ser el que lo va a mantener en el éxito o llevarlo al éxito de mañana. Entonces, hay que reflexionar y pensar que el mundo ha evolucionado, ha cambiado y si uno no se pone a la altura de las circunstancias y no considera y no revisa con actitud de aprendiz qué cosas hay que modificar en el acto, el desempeño profesional se va a ver deteriorado. Hoy estoy más cerca de la palabra evolucionar y de pensar qué cosas hay que ajustar, reaprender o modificar en pos de alcanzar el objetivo que tenemos.
¿En qué lugar de esta nueva ecuación ubica a la irrupción de la variable IA?
Mucho se habla de la IA y no me gusta referirme a lo que no investigo tanto. Hay quien dice que va a aumentar la cantidad de trabajo, y quien dice que va a reducirse. No quiero tentar una opinión totalmente cerrada, pero lo que sí digo es que la IA nos exige y nos pone delante la necesidad de reaprender y de evolucionar lo que hacemos. Hoy escribimos muchísimo más rápido con ChatGPT; eso no significa que vamos a dejar de investigar, de analizar, de reflexionar, de generar ideas, pero vamos a tener más tiempo para asignarlo a tareas diferentes.
Hay muchísimos procesos y tareas que la IA va a simplificar y hay tareas que van a desaparecer. El desafío es dónde generamos valor desde el lugar en que estamos, porque antes el jefe era el que más sabia de algo. Ahora no es el que más sabe sino el que más inspira, y cuando se habla de cómo inspirar la IA no te da una mano; te puede dar algunas claves, pero después tenés que empatizar, conectar, conversar para generar en la gente compromiso, inspiración, empowerment.
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