“Los recursos con los que contamos nos permitirían llegar hasta agosto o setiembre, teniendo en cuenta el ritmo de los otorgamientos de garantías que maneja Fogapy. Con US$ 30 millones más, conseguiríamos cubrir la demanda hasta fin de año, así podríamos garantizar US$ 820 millones aproximadamente”, manifestó Giménez. Además, aclaró que el 80% de las casi 23.000 operaciones que el Fogapy realizó a la fecha tuvieron como beneficiarios las micro y pequeñas empresas, más o menos 19.000 operaciones.
El Fogapy no brinda créditos sino que los garantiza cuando los clientes de las entidades financieras adheridas al fondo solicitan préstamos y los bancos, financieras o cooperativas consideran que no pueden cargar con todo el riesgo.
En cuanto a los créditos garantizados, el 55% fue para las empresas más pequeñas, mientras que el sector comercial y el de servicios fueron los que accedieron a más créditos garantizados por Fogapy.
En el último reporte oficial del fondo se refleja que a la fecha garantizó 22.842 solicitudes que equivalen a créditos por G. 3.756.330.604.472 y garantías por G. 2.785.883.809.418. Asimismo, las entidades que más créditos brindaron con garantía del Fogapy fueron el Banco Nacional de Fomento (BNF), la Cooperativa Coomecipar Ltda. y el Banco Continental.
Por otro lado, los créditos garantizados por el fondo beneficiaron a empresas que suman 136.776 empleos.
Refinanciamiento y flexibilizaciones
“El Fogapy acompaña las solicitudes de negociación de deudas que los clientes de las entidades financieras realizan. Si los clientes necesitan la reestructuración deben avisar a la entidad y el fondo también empieza a hacer seguimiento de las negociaciones”, enmarcó Giménez, quien adelantó que por el momento la cantidad de pedidos de renegociaciones de deuda es ínfima, pero entre mayo y junio registrarán un crecimiento importante.
No alcanza
Para la economista de Mentu, Martha Coronel, el nivel de ejecución del Fogapy es interesante, pero no se debe ignorar que hay muchas empresas que no pueden acceder al fondo por no contar con cierto grado de formalidad. “Aquí es donde hay que subsanar la situación con la política pública. ¿Cómo hacemos para auxiliar a los emprendedores que no accederán a estos recursos sin poner en riesgo el sistema?”, reflexionó.
Igualmente, consideró que inyectar US$ 30 millones al sistema es favorable y afirmó que es consciente de que “no se puede salvar a todo el mundo”, agregó. “Incrementar el Fogapy no evitará que la economía caiga, por ende, debemos pensar mecanismos de salvataje para las unidades económicas que hoy solo están recibiendo Pytyvõ. El Estado tiene que continuar canalizando recursos en empresas informales y que luego de la crisis se vuelvan formales y crezcan”, detalló.
Por su parte, el asesor de la Asociación de Emprendedores del Paraguay (Asepy) y consultor de Planea SA, Andrés Filártiga, estimó que con todo el esfuerzo que hizo el Fogapy solo logró asistir al 10% de las empresas que conforman el ecosistema mipymes. “El sector requiere que se apunte al menos al 50%, unas 100.000 empresas, aparte de que sería útil lanzar un producto para nuevos emprendimientos para generar nuevos empleos”, aseveró.
El consultor sostuvo que los préstamos que se realizaron el 2020 esperaban un 2021 ya inmunizado y con negocios reactivados, lo cual no ocurrió y por eso los préstamos otorgados tendrán que ser refinanciados entre seis a 12 meses más. Entretanto, Filártiga interpretó, basándose en los datos de Fogapy, que el 80% de los US$ 500 millones otorgados están garantizados.
Por último, apuntó que el promedio de los créditos a microempresas fue de G. 60 millones y el promedio otorgado a las pequeñas empresas fue de G. 170 millones. “Con US$ 30 millones no alcanza, se necesita US$ 500 millones, se necesita para apoyar a otras 20.000 unidades económicas al menos”, concluyó.