El hombre es el único mamífero que sigue consumiendo leche durante toda su vida, a diferencia de otras especies que solamente lo hacen en un corto período de su infancia. Convertida en alimento de primera necesidad y base para la elaboración de muchos otros productos derivados -en prácticamente todas las culturas- también constituye una industria próspera que no para de crecer.
Según datos del 2022, divulgados por la Cámara Paraguaya de Industriales Lácteos (Capainlac), ese año se produjeron 846 millones de litros, lo que representó una mínima variación con relación al 2021, y se estimaba un crecimiento del 3%, para el año pasado.
“Tenemos un crecimiento moderado de entre 3 y 5% anual, que es el aumento natural de las cuencas lecheras. No hay importaciones de hato lechero, por lo que el incremento es por la recría, el aumento de vaquillas. Lo importante es que año a año va creciendo, y esto le da normalidad a la oferta y la demanda y seguridad al productor”, dijo Erno Becker, presidente de Capainlac.
Variedades
Las personas que rondan los 50 años de edad o más seguramente recuerdan los tiempos en que la leche se adquiría mayormente de repartidores que iban de casa en casa con sus tarros, aún en épocas en las que ya se podía adquirir el alimento en los supermercados y despensas, al principio embotellada, y más tarde en sachet.
En ese entonces no había posibilidad de elección y toda la leche que se consumía en los hogares era la entera. La única opción era la leche en polvo. Hoy el panorama es radicalmente diferente y hay productos pensados para determinados nichos de mercado y para un público específico.
En la actualidad la industria láctea nacional ofrece leche pasteurizada fresca de siete días de duración; ultra pasteurizada, de más de 60 días de vida útil (estos dos tipos se venden mayormente en sachet, en sus variedades entera y descremada); bebida láctea, que es 50% leche y 50% suero, más barata y más ligera.
“Además tenemos la leche larga vida, que viene en cartón y tiene seis meses de duración, pero que puede durar más también, dependiendo de la fecha de vencimiento que le pongan las industrias; viene también entera, descremada y semi descremada”, agregó Becker.
A las alternativas citadas se les suman la leche entera con hierro, en cartón, con fibra activa; sin lactosa, (“que está arrasando porque la gente encontró que es de más fácil digestión”); leche con crecimiento, especial para jóvenes; la híper proteica, enriquecida para personas que practican deportes, algunos de ellos exigentes, como el fútbol, cuyos atletas demandan mucho esta variedad.
“Después están las leches saborizadas, como la típica chocolatada; la leche en polvo, tanto entera como descremada. Podemos citar asimismo a las que incluyen un enriquecimiento particular, como el vaso de leche escolar, con más vitaminas”, especificó Becker.
Según el productor, la leche entera constituye el 40% de los productos demandados. “La que viene sin lactosa, que ganó en popularidad, tiene un consumo del 20% al 22% en la participación de la paleta de toda la gama”, apuntó.
Becker destacó que la leche en polvo de producción nacional sustituyó a la importada. “Hoy tiene un lugar importante en el mercado local y también del exterior porque es el producto lácteo de exportación por excelencia. Claro que hay todavía leches importadas como la NAN para bebés, futuras mamás, pero en menor escala”, explicó.
¿Se puede pensar en producir las variedades que hoy todavía se importan? “Siempre estamos atentos, investigando. Lo que pasa es que los tipos de productos van de la mano de una tecnología, y esa tecnología en los lácteos es muy costosa. Siempre está la cuestión del mercado, somos menos de 7 millones de personas”, indicó el titular del gremio lácteo.
Becker afirmó que se debe hacer un análisis cuidadoso de la inversión, y relató, a modo de ejemplo, que sólo para cambiar un envase de cartón de tapa simple a otra a rosca de última generación se requiere invertir más de US$ 3 millones. “Son inversiones muy altas y por eso algunos productos están sujetos a importación”, confirmó.
Un 15% de la producción nacional se exporta y este porcentaje está en crecimiento. El principal destino es Brasil, pero hay otros mercados como Centroamérica, Medio Oriente a donde va mayormente el excedente exportable. “Los envíos al exterior son principalmente de leche en polvo en un 95%, exportamos alguna que otra manteca a países de Medio Oriente, queso, y un poco de leche fluida a Bolivia”, añadió Becker.
Plus
En nuestra InfoEncuesta semanal, preguntamos a nuestros lectores cuál era la marca de leche que más preferían y el resultado fue la participación de 1.896 personas, las cuales respondieron en un 42,7% Lactolanda, 26,9% Trebol, 19,8% Doña Angela y 10,5% Los Colonos.
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