Los diferentes factores que influyen en esta congestión, que dificulta el comercio entre ambos países, según Fabio Fustagno, directivo de la Cámara de Comercio Paraguay Brasil (CCPB), son entre otros la huelga que se desarrolla en Brasil, por parte del Ministerio de Agricultura.
A la par hay otras cuestiones que demoran el cruce de caminos como los procedimientos estatales y medidas físicas adoptadas por los organismos contralores. En la cuestión física dijo que urge dar apertura al segundo puente que une Paraguay y Brasil.
Consideró que el hecho de compartir el puente entre importadores, exportadores y turistas de compras hace que la dinámica no sea la adecuada.
No obstante, otros problemas sí se pueden solucionar con buena voluntad, que son los de procedimiento en los cuales interfieren dos instituciones: Aduana y la Administración Nacional de Navegación y Puerto (ANNP).
“Dentro de lo que se podría hacer por estas dos instituciones para agilizar, está la armonización de procedimientos, trabajo en conjunto con otras 15 instituciones que están en frontera y dentro de estos procedimientos, se pueden mejorar las derivaciones de los camiones a otras instalaciones, fuera de la cabecera del Puente de la Amistad”, sugirió.
Por lo tanto, a su criterio, se debería tratar de descongestionar el puente y evitar así un cuello de botella. Instó a que la ANNP atienda los camiones fuera de la cabecera del puente y a 20 kilómetros de la frontera.
Para Fustagno, el ahorro de tiempo para la liberación de cargas implicaría a su vez mayor competitividad de los productos nacionales y disminuir la fuga de capital logístico para efectos de importación y exportación.
“Hay estudios que estiman que un 10% de los costos del comercio exterior se podrían ahorrar teniendo fronteras y Aduanas ágiles y eficientes. Esto es importante porque Paraguay es un país mediterráneo y deberíamos ser los más interesados en que el cruce sea lo más ágil y dinámico posible, de manera que nuestros productos sean más competitivos”, subrayó.
Por otra parte, Fustagno recordó que esta situación les cuesta dinero a los comerciantes, ya que el transportista gasta más tiempo y los fletes suben. Por lo tanto, es un sobrecosto para el comercio exterior e intercambio de bienes.
“El tiempo es plata y hoy en día para que un camión ingrese a Paraguay, se tarda entre cuatro a cinco días para liberar las importaciones. En el caso de las exportaciones, meses atrás, tuvimos un mismo problema por la alta exportación de volumen al Brasil”, describió.
Vale destacar que Brasil es el principal socio comercial de Paraguay, el comercio bilateral se ha expandido de manera sostenida en los últimos años, alcanzando en el año 2021 un flujo comercial equivalente US$ 6.639 millones, lo que representó un incremento cercano al 30%, con relación al año anterior.