Es un olor que se asocia inmediatamente con lo paraguayo. Es el aroma de la flor de coco, del mbokaja (Acrocomia aculeata), característico del Paraguay, si bien la planta se encuentra también en Mesoamérica y en otros países de Sudamérica. Pero en nuestro país es la principal característica olfativa de las navidades, la que le da el toque nativo.
En el mercado se encuentran hoy varios productos con aroma a flor de coco, desde velas hasta desodorantes de pisos, pasando por difusores y otras presentaciones. La fragancia, sin embargo, no es originaria del Paraguay, y las empresas se surten a través de firmas como Amigo & Arditi, que importan desde el Brasil, de la compañía Vollmens.
Vale aclarar que lo que se utiliza en la elaboración de las velas y otros es una fragancia producida a partir de mezclas de aromas hechas por perfumistas, ya que en Paraguay no existe fabricación de aceite esencial de flor de coco, por lo menos no a escala industrial. Pero eso no impide que varios emprendimientos ofrezcan el perfume más paraguayo que se conozca, de la mano de sus varias líneas de productos.
Mboja´o
Mboja´o es “una industria social” que elabora velas con aroma a flor de coco, y lo hace con un enfoque sustentable. “Vimos como oportunidad perfecta las fiestas de fin de año para desarrollar unas velas aromáticas. ¿Por qué de flor de coco? Porque es la época y es un aroma que nos caracteriza como paraguayos”, afirmó Ximena Mendoza directora y fundadora de la empresa.
La oferta específica de velas con fragancia de la flor del mbokaja viene en dos presentaciones: contenidas en botellas de vidrio recicladas, y contenidas en tacuaras. Ambas cuestan G. 85.000 por unidad. “El diferencial de nuestro producto es que es una vela ecológica y al decir ecológica me refiero a que está hecha de aceite de cocina reciclado, que eso es lo más innovador, y para evitar que el mismo contamine nuestros ríos, arroyos, y vertederos”, añadió.
Los envases fueron elaborados a partir de botellas recicladas de vidrio, cortadas y lijadas a mano por Nacho, un artesano de la ciudad de San Bernardino, y las tapitas de cada vela fueron elaboradas por personas privadas de libertad de la Unidad Penitenciaria Industrial Esperanza. Las velas están hechas por Mariel Fatecha.
Los contenedores de tacuara son preparados por un artesano de Caacupé “que trabaja hace más de 10 años con esta especie, hace la cosecha de manera sostenible, respetando los ciclos de la planta; son súper aceptadas porque son innovadoras, rústicas, y lo que tiene la tacuara es que no hay una igual a la otra, entonces cada pieza es diferente”.
Comprando esta vela, se evita que 2.000 litros de agua sean contaminados. “Para nosotros tiene un significado enorme por el impacto social, es una vela que huele exquisita y tiene un impacto ambiental gigante”, refirió Mendoza.
Misty Velas Artesanales
Licie Chamorro es la propietaria de Misty Velas Artesanales, un emprendimiento nacido en pandemia, que hoy ofrece no solo velas, sino también difusores de ambiente en varillas de ratán, y home spray con aroma a flor de coco para ambientar la casa y la ropa con el olor característico de esta época para los paraguayos.
“Empezamos con la pandemia; yo soy odontóloga, y estuve desempleada un tiempo porque no podía trabajar por el confinamiento y así nació esta empresa. Siempre hacía velas aromáticas pero para mis familiares, no para la venta. Ahora tenemos a más personas que nos ayudan a mí a y a mi marido”, afirmó Licie.
Sus velas se venden a partir de G. 25.000, las más pequeñas. Los velones grandes, para decoraciones, tienen precios entre G. 250.000 y G 320.000, de 1 kg. Los spray de 250 ml se venden a G. 60.000, y se usan para aromatizar artículos textiles, y el interior de vehículos.
“Hay mucha demanda por el aroma de flor de coco porque nos identifica mucho a los paraguayos. Tenemos todo el año, pero a partir de octubre la gente ya comienza a pedir. Nuestras velas son de cera de soja, naturales, biodegradables, amigables con el medioambiente; y lo que utilizamos son esencias naturales, que conseguimos en plaza”, subrayó.
Sus productos son demandados por todo tipo de clientes. “Todos compran. Hombres, mujeres, y de distintas edades. Los hombres compran para la novia, para la suegra, y para la decoración también”, agregó la empresaria.
Reverenda
En abril pasado Gabriel Masi y un amigo decidieron comenzar un emprendimiento al que denominaron Reverenda. “Hace poco más de siete meses que estamos en el mercado. Comenzamos con las velas que ahora mismo se está vendiendo en todas las presentaciones”, manifestó el emprendedor.
Por supuesto, a esta altura del año el producto más demandado es el que lleva el olor a flor de coco a los ambientes. Sus velas están hechas 100% con cera de soja; las de 80 g se venden a G. 51.500; las de 195 g, a G. 65.000; las de 230 g, a G. 75.000; y las de 325 g, a G. 95.000.
Los difusores se comercializan a G. 52.000 y las esencias a G. 29.000. “Ahora tenemos un combo por las fiestas, que es un box de flor de coco que está a G. 160.000, e incluye una vela, un difusor y una esencia. “La flor de coco es el producto estrella en esta época; esta es nuestra primera Navidad y ya están agotados”, reveló Masi.
El número de opciones para que en la casa se respire en Navidad una fragancia bien paraguaya crece de la mano de los emprendedores que apuestan por lo nuestro. Como resalta Ximena: “Nos están comprando muchísimo, sobre todo las velas. Las ponés en el pesebre y te aromatizan el ambiente. La idea es llevar un poco de Navidad a cada casa, con un producto sostenible, ecológico y sin desperdicio”, destacó.
Otros emprendimientos que también incorporan el aroma de flor de coco son MultiEssence (vela, difusor con varilla y fragancia textil) y Shanti (velas y esencia).