“La reducción generalizada de los fletes marítimos es en algunos casos considerable, casi del 50%. Eso es auspicioso porque se están recobrando los niveles normales y eso impacta positivamente en Paraguay, porque tenemos un flete bastante caro. Es una buena perspectiva”, afirmó César Ros director del frigorífico Upisa y vicepresidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores (Capex).
Para los armadores fluviales también son buenas noticias, pues si bien la baja mencionada no tiene incidencia en sus costos sí la tiene en el volumen de la carga transportada. “Hay mucha carga, sobre todo la de bajo valor que se dejó de transportar por el impacto del costo logístico de posicionarla”, explicó Guillermo Ehreke, presidente Shipyard SA, propietario del astillero La Barca del Pescador y de la armadora Naviera Yerutí SA.
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En este punto vale aclarar que las navieras paraguayas se encargan de transportar cargas por la hidrovía Paraguay-Paraná hasta los puertos de Montevideo y Buenos Aires, donde transbordan a buques de ultramar, que es donde impacta la baja del flete.
Iván Dumot, presidente del Centro de Importadores del Paraguay (CIP), manifestó que las reducciones están en el orden del 20% y recordó que entre octubre y noviembre empezaron a reducirse los precios de los fletes, que si bien todavía no llegan a los niveles de prepandemia se observa una tendencia hacia la reducción progresiva.
A modo de ejemplo, Ehreke relató que un flete a la costa este de Sudamérica, con puerto base en China, antes de la pandemia costaba US$ 2.500. Hacia finales del 2020 y a comienzos del 2021 los valores de la tarifa se dispararon, pero con la reducción actual ahora se encuentra en torno a US$ 5.000.
¿Cuándo se notará el impacto? Para los importadores recién el año que viene, ya que las mercaderías están en tránsito y llegarían en los últimos días del año para su venta en enero. Y si la procedencia es del norte de Europa o de oriente, los artículos arribarían recién en enero o febrero.
“Ahí recién tendríamos el beneficio del costo incorporado a los productos. Pero lo más importante es que es una primera señal positiva, porque además de los fletes había otros sobrecostos en las cadenas logísticas y problemas de disponibilidad”, señaló Dumot.
En cuanto a las exportaciones, el beneficio ya se está sintiendo, si bien la magnitud de la incidencia depende del producto y del volumen. “No se puede generalizar el impacto directo en toda la cadena. En nuestro caso, la cadena cárnica, el impacto sí es significativo porque, como mencioné, se reduce casi en un 50% en la mayoría de los casos. Y el beneficio ya se está sintiendo en los embarques realizados en la parte final del año”, agregó Ros.
El exportador detalló que el costo del transporte impacta en el valor CIF de la mercadería, lo que depende del tonelaje, del peso específico de la carga. Y si hay muchas unidades de transacción en el contenedor, el impacto del flete es menor.
Ros también se refirió a un factor que “está ensombreciendo el panorama, que es la bajante del río Paraguay; ya se han declarado restricciones en la navegación en ciertos tramos del río que si es que no llueve suficientemente en los próximos días y en lo que resta del verano, va a haber un contratiempo importante en la logística fluvial”.