Según la economista, anteriormente, se registró un cierre de frontera extenso con Argentina −unos dos meses− en 2014 por factores internos de la Aduana de ese país y con Brasil se registraron algunos cierres ocasionales de corta duración, únicamente por días.
Para Coronel nunca antes se tuvo un panorama tan incierto como el actual, donde el riesgo de expansión del COVID-19 se incrementará sustancialmente si se abren los pasos fronterizos y también la capacidad económica de los turistas (brasileños y argentinos) se ve afectada por la caída de sus ingresos y la devaluación de sus monedas, complementó.
“Esto significa que el turista no tendrá la capacidad financiera para venir a comprar como lo hacía en el caso de una posible apertura de las fronteras, aunque este hecho es bastante improbable por el riesgo de la expansión del COVID-19. Con este cierre, se mantiene un movimiento casi nulo en los comercios, porque todos dependen exclusivamente de estos compradores", afirmó.
Lo mismo sucede con las reexportaciones, se acuerdo a Coronel, porque ante la menor capacidad financiera de los extranjeros, también verán afectados sus balances por la menor cantidad de ventas.
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Existen segmentos dentro de la categoría de reexportaciones que se están activando gradualmente, “pero están lejos de alcanzar los mismos promedios que manejaban en años anteriores”, agregó.
¿Soluciones?
“Ante este panorama caótico no existen soluciones mágicas, pero sí existen alternativas como la entrega de créditos a tasas bajas y con flexibilidad en el pago de cuotas y, en el caso de los sectores vulnerables, apuntar a la opción de entregar subsidios”, aseguró.
De acuerdo a Coronel, se deben entregar créditos de capital operativo para lograr pagar la nómina de trabajadores en los siguientes meses, y para abonar los servicios básicos que siguen corriendo. “Si se hacen llegar esos recursos con inmediatez, se puede mitigar el impacto negativo", señaló.
Ante la consulta si la caída de las importaciones y de las ventas en los comercios tendrá un gran impacto en la caída de los ingresos tributarios, la economista indicó que si bien esto repercutirá en los balances del fisco, probablemente se hagan ajustes en la estructura del Ministerio de Hacienda para resignar fondos y evitar la emisión de nuevas deudas o descartar el aumento de los impuestos.
“Se tendrá que repensar el modelo de negocio que se implementará a futuro en los comercios de frontera porque no se puede depender exclusivamente de los visitantes”, detalló.
"Se tomaron las medidas sanitarias necesarias porque en caso contrario, el costo financiero sería mayor. Lo que se debe ver ahora es cómo reactivar las actividades y cómo renovar estos modelos de ventas para el nuevo modo COVID de vivir", concluyó.