La chipa tiene sus raíces en la época colonial paraguaya, cuando se utilizaban ingredientes locales para crear un alimento que pudiera ser transportado y consumido fácilmente. La receta ha sido transmitida de generación en generación, adaptándose a los cambios sin perder su esencia.
Voces de la tradición
Cristina Fariña es la socia gerente de Hijas de Feliciana de Fariña, una empresa familiar con más de 70 años de historia en la producción de chipa. "Mi madre, Feliciana, fue una verdadera pionera en el mundo de la chipa. Desde joven, en su ciudad natal de Caacupé, se dedicó a la elaboración y venta de chipas. Para llegar a Asunción, tomaba el tren desde Ypacaraí y lanzaba las canastas de chipa al vagón mientras subía a bordo, un testimonio de su dedicación y pasión por su trabajo”, contó.
Cristina recordó cómo, en 1950, la familia Fariña se trasladó a Asunción y adquirió un predio en el Mercado Municipal N°4, que hasta hoy sigue siendo la casa central de la empresa. "Fue entonces cuando mi madre decidió emprender con su negocio en Asunción. Su nombre, Doña Feliciana, se convirtió en sinónimo de calidad y tradición en la elaboración de chipas”, afirmó.
Uno de los legados más significativos de Feliciana es la creación de la chipa pirú o chipitas. "Recibimos un pedido especial de la esposa del Mariscal Estigarribia, quien deseaba una chipa más pequeña y crocante para la hora del té. Mi madre tomó la masa de chipa tradicional, la moldeó en porciones más pequeñas y la cocinó por más tiempo, creando así la chipa pirú, que hoy se distribuye tanto en Asunción como en el extranjero”, indicó.
Cristina enfatizó el compromiso de la empresa con la calidad: "Garantizamos que cada chipa producida cumpla con los más altos estándares, utilizando ingredientes frescos y tradicionales. Nuestro objetivo es preservar la autenticidad del sabor paraguayo y contribuir al desarrollo de la comunidad local”.
Por otro lado, Chipería Kali es un nombre emblemático en el Mercado 4, donde Edith Cuquejo y su familia han mantenido viva la tradición de la chipa desde 1958. "Esta es la casa central de nuestra chipería, donde se realiza la producción, venta y distribución de nuestras chipas. Mi madre, doña Antonia, y su hermana Ángela fundaron esta fábrica, y seguimos fieles a la receta original que nos hizo conocidos”.
Edith destacó que la chipa almidón es la más solicitada por los clientes. "A pesar de la competencia y las nuevas variantes que surgen, mantenemos nuestra receta tradicional, lo que nos diferencia en el mercado. La calidad de nuestras chipas depende de los ingredientes, especialmente del queso y el huevo, para lograr ese sabor dorado y característico”, dijo.
La chipería también se adapta a las necesidades de sus clientes. "Ofrecemos chipa en diferentes formas y tamaños, desde la tradicional hasta nuevas opciones como la chipa rellena de cuatro quesos. A pesar de las dificultades económicas, nos aseguramos de mantener la calidad y el sabor que nos han caracterizado”, añadió Edith.
En Ña Eustaquia, Alma Coronel comparte la pasión por la chipa con su equipo, ofreciendo una variedad de opciones para todos los gustos. "En Ña Eustaquia contamos con la chipa tradicional, la chipa 4 quesos y la chipa pirú. También ofrecemos opciones congeladas para que nuestros clientes puedan disfrutar de la chipa en cualquier momento”, señaló Alma.
"Desde temprano estamos listos para recibir a nuestros clientes con la chipa más fresca. Ofrecemos una experiencia auténtica, con productos elaborados con cuidado y dedicación. Les invitamos a probar nuestras chipas tradicionales y nuestras opciones congeladas, perfectas para disfrutar en casa”, concluyó.
El Día de la Chipa es una celebración que va más allá de la gastronomía, es un homenaje a la tradición y al esfuerzo de quienes han mantenido viva esta receta a lo largo de los años. La chipa, con su sabor característico y su presencia constante en la vida diaria de los paraguayos, sigue siendo un símbolo de identidad y unión.