Itaipú, la Cancillería, la Embajada de Paraguay en Brasil y la Administración Nacional de Electricidad (Ande) son las instituciones que se vieron involucradas en el conflicto y por ello, son las que actualmente poseen nuevos altos mandos para sortear mejores condiciones que den estabilidad al gobierno de Mario Abdo Benítez.
Antonio Rivas en Cancillería
El primer funcionario en ser nombrado fue Antonio Rivas, exvicecanciller y ahora canciller de la República tras la salida de Luis Castiglioni. Hasta hace dos días Rivas estuvo interinando el cargo de secretario de Estado y tiene una amplia trayectoria diplomática, como jefe de la División América del Norte, Centroamérica y el Caribe en el Ministerio de Relaciones Exteriores (1991-1992), secretario de la Embajada de la República del Paraguay ante la Unión Europea, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo (1992-1997). Posteriormente fue director de Organismos Internacionales de la Cancillería y luego ascendió a consejero de embajada.
En el 2000 ocupó el puesto de director general del gabinete del ministro de Relaciones Exteriores, luego tomó el cargo de coordinador de negocios ante Portugal y embajador paraguayo ante España.
Ernst Bergen en Itaipú
El segundo nombramiento correspondió al empresario Ernst Bergen, directivo de Inverfin SAECA, impulsor de la Red Chaqueña de Comunicaciones y activista de la Conferencia Mundial Menonita. Bergen ocupará el cargo de manera interina puesto que el Congreso debe aprobar el nombramiento.
Bergen tiene experiencia en la función pública, durante el gobierno de Nicanor Duarte fue ministro de Hacienda y ministro de Industria y Comercio. Hasta el momento estuvo trabajando como asesor ad honorem de Abdo Benítez en el área social. El nuevo director interino de Itaipú también fue parte del equipo de transición desde abril pasado hasta la asunción del nuevo gobierno.
Asimismo, fue presidente del consejo directivo de la Facultad de Humanidades de Ciencias de la Educación de la Universidad Evangélica del Paraguay por 15 años y miembro del consejo consultivo internacional de la Fundación Dom Cabral (Brasil), escuela de negocios brasileña.
Félix Sosa en la Ande
Por otro lado, en el cargo de presidente de la Ande ingresó Félix Sosa, exdirector de Gestión Regional de la institución, quien tiene una carrera extensa dentro de la misma. Se desempeñó como gerente comercial, jefe de distribución y jefe de fiscalización del área interior antes de llegar a su último cargo. Es ingeniero eléctrico y máster en administración de empresas.
Carlos Arregui en la Seprelad
Luego está Carlos Arregui, quien toma la dirección de la Seprelad luego de que la exministra, María Epifania González, haya renunciado tras la vinculación de su hijo en el caso del acta de Itaipú. Arregui estuvo trabajando como asesor de transparencia en la actual presidencia, cargo por el que abandonó su banca de concejal de Asunción.
Arregui es conocido por su trayectoria como fiscal, siendo la Fiscalía Adjunta al departamento Central de la Unidad de Delitos Económicos el cargo más importante que ocupó.
La línea no cambia
Según la politóloga Rocío Duarte de la Asociación de Ciencia Política del Paraguay (ACIPP), el cambio de autoridades no cambia la línea política del Gobierno, la cual “tampoco es tan clara” a su criterio.
“Esta es una estrategia para descomprimir el conflicto, el Gobierno se ve ante la necesidad de transparentar el proceso de toma de decisiones en lo que respecta al caso Itaipú, porque la ciudadanía ya está reaccionando en contra del secretismo que han mostrado”, indicó.
Duarte dijo que para analizar si existe un redireccionamiento político, hay que esperar cómo se desarrolla el conflicto de Itaipú en las próximas semanas, porque hasta el momento no se puede afirmar que eso podría ocurrir con las nuevas autoridades al frente de las instituciones implicadas en las crispaciones sobre la energía paraguaya.
“Hay que tener en cuenta que este Gobierno tiene a muchos actores políticos en contra hace tiempo, solamente que la crítica ya asumió una dimensión mucho mayor al darse a conocer el tema de la venta de energía de Itaipú”, manifestó.
Por último, agregó que antes del conflicto puntual de Itaipú existían bases políticas organizadas que se posicionaban en contra del Gobierno con diferentes tipos de reclamos, pero esos factores se concentran ahora en la cuestión eléctrica, ya que es un asunto muy determinante para la economía paraguaya.