Ayer en Wall Street suspendieron las operaciones durante 15 minutos, luego de que uno de sus indicadores superara el 7% de derrumbe; el Dow Jones Industriales bajó 7,8%; el S&P 500, perdió 7,64%; y el tecnológico Nasdaq, cayó 7,29%. Este es el segundo lunes negro luego de dos semanas, cuando el 24 de febrero se produjo también una caída brusca en los principales mercados bursátiles.
Esto se produjo, además, en un momento en el que el valor del petróleo cayó 30%, en los llamados índices de futuros de las variantes WTI y Brent. La última vez que se produjo semejante caída fue en 1991, durante la Guerra del Golfo, y, ahora, su cotización está a US$ 30,96 el barril de crudo de la variedad WTI.
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No obstante, vale aclarar que el precio del crudo fluctúa y, para abajo, desde el 2014. Poco después, en 2016, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) –entre ellos Arabia Saudita que maneja el 12% del mercado mundial– decidió reducir la producción de petróleo para así subir el precio, fue cuando Rusia se alineó con esta estrategia, sin ser miembro oficial de la OPEP.
Solo que en esta vuelta, Rusia –que maneja el 11% del market share petrolero– disintió de recortar la producción de crudo de 1.5 millón de barriles diarios, por temor a que otros, como Estados Unidos, ganaran cuota en el mercado. Es una versión reducida, pero fue así como una relación de cuatro años llegó a su fin.
Con Rusia y Arabia Saudita aumentado sus niveles de producción, los analistas hablan de la caída del precio del barril a US$ 20, de acuerdo a Rivas. “En la teoría de formación de precios, dentro de lo que es oferta y demanda, el mercado siempre va a tratar de anticiparse. Por ejemplo, si decís que la producción de soja este año supera la expectativa de demanda de China o Estados Unidos, evidentemente en el acto el precio se desploma, no hace falta verificar transacciones puntuales de compra y venta para que se deje de vender. El efecto de especulación es muy grande en los mercados internacionales”, explicó Gustavo Rivas, presidente de Basa Capital.
“Eso va a tener un impacto importante, porque el commodity por excelencia es el petróleo y en todos los índices de los precios de los commodities tiene una preponderancia muy importante, entonces al caer tira por debajo los demás, como la soja, el trigo, etc. El índice de precios de commodities está en niveles mínimos históricos. Debe entenderse que todos los commodities están relacionados y las demás monedas son influenciadas por estos precios. El derivado de petróleo se utiliza en prácticamente todas las funciones productivas que se tienen en el mundo”, añadió.
Mientras que los precios de los activos refugio, como el oro (+7,10%) o bonos soberanos de países AAA/AA –hubo una fuerte demanda de bonos del Tesoro de los Estados Unidos–, automáticamente subieron, según Rivas, y sus rendimientos disminuyeron, una situación normal en periodos de crisis.
Paraguay frente a la caída
“Hoy Paraguay no tiene un mercado de capitales desarrollado ni abierto al mundo, entonces no tenemos una caída de precio en las acciones de empresas paraguayas. En segundo lugar, si bien el petróleo cayó, la soja lleva una caída del 8% que no es tan significativa como para que el productor sojero no pueda pagar su deuda. En términos generales no vemos un impacto directo en Paraguay. Si persiste y no se soluciona, evidentemente podemos tener un impacto porque el comercio internacional se resiente, no vamos a poder remitir ni recibir mercaderías del exterior. Los comercios y restaurantes pueden verse afectados si se propaga el coronavirus”, advirtió Rivas.