“Las joyas les gustan más a las mujeres que a los hombres, pero nuestra clientela es más masculina porque son ellos quienes regalan. También hay quienes compran para sus amigos, pero son una minoría”, afirmó Ana Ramírez, encargada de local de Joyería Luxor, una firma con más de 60 años en el mercado.
Alrededor del 90% de la producción de Luxor se dirige al público femenino, mientras que para los hombres la elaboración de joyas se hace sobre pedido. El segmento masculino prefiere las cadenas, las medallas y las pulseras.
De que las mujeres son el foco principal de atención de los joyeros lo corroboró Francisco Ocampos, propietario y artesano de Joyería G&A, quien aseguró que el 80% de los regalos en forma de joyas tiene como destinatarias a la población femenina.
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“Los más vendidos son los anillos clásicos, los cintillos, con una piedra; y las alianzas, lisas y que llamamos media caña. Las que más compran son las mujeres, pero vienen acompañadas de su marido o novio, y son también las que más acuden para ver y preguntar por las joyas”, agregó.
La temporada alta de la demanda de alhajas es a fin de año, que es cuando hay más bodas. Otras fechas en las que las joyas son las protagonistas son el Día de la Madre y el Día de San Valentín. “Lo más buscado para regalo son las cadenas, los relojes, y los anillos. Para celebrar graduaciones son requeridas las cadenas, las medallas, y los anillos carretones con el logo de la facultad, tanto para hombres como mujeres”, explicó Ocampos.
En cuanto a los metales, el joyero relató que el oro no es tan demandado como la plata, aunque en este momento está aumentando de nuevo la compra de alhajas de oro. “La plata se prefiere, por el costo, en una proporción de 70 a 30 sobre el oro”, señaló.
Y si hablamos de piedras, el elemento preferido es el zircón, por su parecido con el diamante y por el costo muy inferior al del mejor amigo de una mujer, como le gustaba decir a la actriz Elizabeth Taylor en referencia al brillante.
Aun así el brillante también tiene su mercado, si bien la demanda no es significativa y se trabaja con él sobre pedido, aclaró Ocampos, quien apuntó que la franja de precios en los que se encuentran sus productos va desde los G 200.000 hasta G 16. millones. “Se venden bien las joyas en el país. Después de la pandemia hubo un descenso en las ventas, pero nos mantenemos porque nuestros clientes son fieles”, resaltó.
Los insumos proceden en su totalidad del exterior, ya que la producción local es virtualmente inexistente. La materia prima viene de afuera traída a veces por cada joyería y en otras ocasiones por firmas dedicadas a la importación.
La mayoría de las joyerías paraguayas trabajan de manera artesanal, en sus propios talleres orfebres y con sus orfebres, pero también hay un porcentaje de joyas importadas. Por ahora, pensar en exportar parece aún lejano, no por la calidad de los trabajos, sino porque las extranjeras se elaboran casi de manera industrial.