Comenzaron en 2010 haciendo móviles. Hoy, con una valoración superior a 40.000 millones de dólares, tienen un patinete eléctrico, una máquina de hacer arroz inteligente, una pulsera centrada en la salud, baterías y mantienen exitosa línea de móviles. Hasta se han atrevido a repensar la bicicleta para hacer la que creen que sería óptima para el siglo XXI.
Su última invención es Mi Box, el primer aparato que se conecta a la televisión y tiene Android N. Desde 2013 han vendido más de 10 millones de complementos de este estilo. El nuevo, mejora el diseño, da un salto de calidad, con definición 4K y grabación de contenido, y será el primer producto pensado para conquistar a los clientes de Estados Unidos.
Google ha hecho un movimiento extraño, dar un protagonismo fuera de lo normal a una marca concreta. Además, de origen chino. Desde que Google se deshizo de Motorola, había ido repartiendo versiones de Android entre diferentes fabricantes: Samsung, HTC, LG y, últimamente, Huawei con gran aceptación por parte de expertos y consumidores.
El hecho de incluir un mando con controles avanzados evidencia la intención de querer ir más allá de la televisión y entrar en los videojuegos. Encaja también con el plan de Google de conquistar el hogar con Home, su asistente personal. Cualquier televisor se podrá convertir en inteligente y pasar a formar parte del ecosistema. Se le podrá preguntar por la discografía de Coldplay, las películas de Leo DiCaprio o el tiempo que hace en la ciudad.
Tras su salida, Barra ha vuelto por la puerta grande a la que fue su casa. No pudo ocultar la emoción: “Es un gran salto para Xiaomi. Y yo, la verdad, estoy entusiasmado. Creo que va a gustar”. El jueves se espera que tenga un papel estelar durante la presentación del modelo de gafas de realidad virtual con el que Google quiere plantar cara a Oculus.
Xiaomi entra así en el reino de los compañeros de viaje de Google. No se sabe precio ni fecha de venta.