“Los microinfluencers son creadores de contenido con una audiencia limitada, generalmente menor a 10.000 seguidores. Aunque no tienen el alcance masivo de las figuras consolidadas, poseen un engagement (nivel de interacción) superior, ya que sus seguidores son leales y activos dentro de nichos específicos”, explicó Arthur Allende, ejecutivo PR de Agencia Brick.
Según Allende, las comunidades que generan los microinfluencers o de menor escala, son ideales para campañas de sectores específicos, ya que logran una conexión auténtica con sus seguidores, flexibilidad y alineación con los valores de las marcas, creando contenido fresco, auténtico, específico.
La diferencia con influencers de gran escala es que estos poseen una base de seguidores amplia y cobran tarifas que oscilan entre G. 4 millones y G. 10 millones por colaboración, dependiendo de su reputación y alcance. Por otro lado, trabajar con microinfluencers resulta significativamente más económico, lo que permite a las marcas diversificar sus campañas y llegar a múltiples nichos.
“Al operar dentro de círculos sociales reducidos, los microinfluencers logran una conexión más directa con su audiencia. Esto genera mayores niveles de interacción en comparación con influencers masivos, donde el contenido puede sentirse menos auténtico”, mencionó Allende.
Dado que muchos microinfluencers están en las etapas iniciales de su carrera, suelen estar más predispuestos a seguir las directrices de las marcas. Esto incluye ajustar calendarios, contenidos y estilos para adaptarse a la estrategia de comunicación.
Las audiencias valoran la espontaneidad. “Los microinfluencers se destacan en crear contenido real y distendido, como entrevistas en la calle, talk shows o videos con actividades cotidianas. Este enfoque genera un alto nivel de conexión emocional con el público”, manifestó Allende.
Desde el auge del streaming hasta las entrevistas callejeras, los microinfluencers están marcando el camino hacia un marketing más orgánico, naturalista y efectivo.
Para Allende, en Paraguay el streaming está ganando tracción. Streamers que realizan transmisiones de juegos, reacciones o entrevistas deportivas están siendo reconocidos como microinfluencers con gran potencial de expansión.
Los sectores que más suelen apostar por este tipo de creadores son las de bebidas, marcas de cervezas, destilados, las marcas locales de ropa encuentran en los microinfluencers una vía para posicionar estilos y tendencias.
Muchas empresas prefieren apostar por figuras reconocidas, lo que limita las oportunidades de los microinfluencers. Los responsables de relaciones públicas se enfrentan al reto de persuadir a las marcas sobre el potencial de estas colaboraciones. Los microinfluencers están en una etapa inicial de desarrollo. Aunque tienen alta interacción, necesitan tiempo para consolidar una audiencia estable y fiel.
“Las campañas con microinfluencers requieren una estrategia bien definida que combine creatividad, segmentación y alineación con los objetivos de la marca” refirió Allende.
El marketing de microinfluencers se perfila como una tendencia en crecimiento. Las marcas comienzan a reconocer el valor de invertir en creadores con audiencias específicas y auténticas.