Jorge Bernardo Grimm, un hijo de inmigrantes alemanes, oriundo de Altos y con 32 años de edad, se estableció en San Bernardino hace más de medio siglo con su esposa Irene y empezó a producir bollos que, enseguida, ganaron la aceptación de los consumidores, gracias a su sabor, escondido en los ingredientes secretos de la receta que heredó de su padre panadero Bernhard.
Se dice que los bollos paraguayos son los más parecidos a los originales Berliner Pfannkuchen, elaborados por primera vez en el siglo XVII, y que la inmigración alemana difundió en el resto del mundo. En San Bernardino son uno de los mayores atractivos de la localidad, y los asuncenos son los principales consumidores, según Ana Sosa, administradora de la Alemana y viuda de Grimm, con quien se casó cuando este, a su vez, enviudó.
Sus bollos vienen con relleno, que pueden ser de dulce de leche o de dulce de guayaba. “Los de dulce de leche son los más demandados. Si por ejemplo se elaboran 2.000 unidades 1.500 son de dulce de leche. También hacemos sin relleno, pero a pedido de los clientes”, relató Ana, aunque ella es más conocida como Jazmín.
Los sábados y domingos, los días de mayor demanda, elaboran alrededor de 2.000 unidades, y entre semana entre 400 y 600. Los bollos son hechos con materia prima 100% nacional, suministrada por empresas paraguayas.
“La Pradera nos provee el dulce de leche, que es más blando, como para que pase por la inyectora, y el dulce de guayaba es de Cabañas, la harina nos suministra Colonial y también trabajamos con Copalsa”, manifestó la empresaria.
La Alemana no solo produce bollos sino también galletitas y otros panificados que se comercializan bajo la marca Productos Imperial, con más de 100 años de trayectoria. Su mercado principal se encuentra en el Chaco, específicamente en las colonias menonitas. “Trabajamos con Chortitzer, CO-OP, y con las poblaciones indígenas”, agregó.
La galletita seca Imperial sale los martes y miércoles en paquetes de 500 g y de 850 g, pero también se vende a granel, por kilo, a pedido del cliente, generalmente para cumpleaños infantiles.
Una vez a la semana se elaboran galletitas de naranja, de chocolate, bizcochos, facturas checas, pan blanco, pan integral, rosquitas, pan francés, pancitos de Viena, pan para hamburguesas, que es el más demandado. “La producción de pan es de 200 kg por semana, la de la galletita Imperial de 400 kg por semana; la fabricación de las galletitas secas se incrementa o disminuye, dependiendo de los pedidos”, señaló Sosa.
En la empresa trabajan 14 empleados en forma directa y, por ahora, no cuentan con sucursales. La administradora contó el porqué de esto último y dijo que “no tenemos pensado abrir sucursales porque queremos mantener la calidad del producto y la atención, y tampoco vender franquicias, aunque lo intentamos varias veces pero la calidad no es la misma y requiere que el dueño esté supervisando todo el tiempo”, remarcó.