Con esta operación, el Arsenal no solo invirtió fuerte, sino que también envió un mensaje claro: va en serio por los títulos. Smith destacó en su última temporada por su desequilibrio en el uno contra uno, su olfato goleador y su madurez táctica pese a su corta edad. La canadiense también brilló en la Copa Mundial Femenina 2023 con su selección, lo que impulsó su cotización.
Aunque la cifra exacta aún no fue revelada por el club, la transferencia alcanzó el millón de Libras (unos US$ 1.350.000), cifra que superó los fichajes anteriores de Beth Mead y Alessia Russo, dos referentes del fútbol británico. El salto de Smith a una institución histórica como Arsenal demuestra que los clubes ya no ven al fútbol femenino como un proyecto en desarrollo, sino como un terreno de inversión de alto rendimiento.
Este fichaje se suma a otras grandes transferencias que marcaron la historia en el fútbol femenino. En 2022, el Barcelona pagó más de 400.000 euros por Keira Walsh, ex Manchester City, y la convirtió en la jugadora más cara del mundo en ese momento. Antes de eso, el Chelsea desembolsó alrededor de 350.000 euros por Pernille Harder, una estrella danesa proveniente del Wolfsburgo.
La diferencia principal en el caso de Olivia Smith es su edad. Mientras Walsh y Harder ya eran figuras consolidadas, Smith llega como una promesa explosiva, lo que convierte a esta operación en una apuesta a futuro más que en una garantía inmediata. El Arsenal decidió tomar riesgos, algo que hasta hace poco era poco habitual en el mercado femenino.
La reacción de los hinchas no se hizo esperar. Las redes sociales se inundaron de mensajes de apoyo y expectativa por el debut de Smith con la camiseta roja. Los aficionados ven en ella a una jugadora que puede renovar la dinámica ofensiva del equipo, que viene buscando recuperar protagonismo tanto en la liga inglesa como en la Champions femenina.
Para el fútbol femenino, esta transferencia representa mucho más que un récord: es un síntoma del crecimiento económico y mediático de la disciplina. Cada vez más clubes están dispuestos a invertir sumas millonarias para atraer talento joven, y eso también empuja la profesionalización en otras ligas del mundo, incluso en Latinoamérica.
Paraguay no escapa a esta tendencia. Con jugadoras como Jessica Martínez consolidándose en Europa, el mercado empieza a mirar con más atención a Sudamérica. El traspaso de Smith al Arsenal podría ser una señal de lo que viene: un fútbol femenino globalizado, competitivo y sin miedo de romper sus propios techos.