Actualmente, los eventos corporativos se volvieron más sofisticados, con experiencias integrales, únicas y profundamente personalizadas. En ese sentido, Fátima Zuccolillo, directora de Puerto Liebig, y Ana Cafferata, multiproperty director of sales & marketing del Sheraton Asunción Hotel, compartieron una visión más profunda del mercado.
“En Puerto Liebig experimentamos un crecimiento notable en eventos corporativos durante los últimos dos años. Si bien los eventos sociales siguen representando el mayor volumen en nuestra agenda y fueron el punto de partida de este proyecto, no dejamos de sorprendernos. Desde firmas multinacionales con sede en Paraguay hasta organismos internacionales de primer nivel, somos elegidos consistentemente para recepcionar eventos corporativos de alta exigencia”, contó Zuccolillo.
La misma tendencia se percibe en Asunción. Desde la perspectiva hotelera, Ana Cafferata, del Sheraton, señaló que los eventos corporativos se multiplicaron en la última década, impulsados por una nueva demanda que busca, más allá de un lugar físico, un concepto integral. “Los avances tecnológicos, los cambios en las preferencias de los consumidores y la necesidad de vivir experiencias son parte de los factores que acompañan este crecimiento”, dijo.
Ya no se trata simplemente de reservar un salón o montar un escenario. Las empresas buscan sorprender, fidelizar, capacitar o posicionarse. Y en ese sentido, el entorno, la estética, la calidad del servicio y la narrativa del evento se volvieron fundamentales.
“Hoy las empresas buscan una experiencia única, comodidad y un precio competitivo, siempre que eso no afecte la calidad del producto”, aseguró Zuccolillo. Puerto Liebig responde a esa demanda con paquetes corporativos que incluyen servicios logísticos y gastronómicos. Además, se destaca por ofrecer algo difícil de replicar: una atmósfera cargada de historia y tradición, en una antigua fábrica que mantiene intacta su esencia original.
Desde la óptica del Sheraton, Ana enfatizó que “los objetivos varían según el evento, pero el posicionamiento de marca, la fidelización y la capacitación son los más destacados”. Eventos como convenciones, congresos, ferias comerciales, talleres, workshops y celebraciones corporativas hoy compiten por atención, pero cada uno con objetivos muy distintos.
Si hay un consenso en la industria, es que el diseño del espacio tiene un peso determinante en la percepción del evento. Las empresas ya no toleran lugares impersonales o genéricos: exigen entornos que reflejen los valores de su marca y que sean capaces de sorprender sensorialmente a sus invitados.
Para Fátima, “hoy en día el cliente en Paraguay es cada vez más exigente, sofisticado y consciente de lo que busca. Valora profundamente que el lugar elegido para su evento sea capaz de transportar a sus invitados a un mundo de experiencias memorables y belleza única, sin perder la comodidad ni el lujo que antes se asociaban solo con destinos internacionales”.
Asimismo, Ana reforzó esa visión: “El diseño del espacio es importante, ya que puede influir directamente en la experiencia del asistente. Desde la ambientación, visibilidad, accesibilidad, hasta el equipamiento audiovisual y la tecnología, todo debe estar perfectamente orquestado para el éxito del evento”.
Tanto Puerto Liebig como Sheraton Asunción cuentan con una oferta diversa de espacios, pero adaptada a necesidades específicas.
Puerto Liebig ofrece cuatro salones principales: Salón 1923 de 287 m2 con capacidad para 170 personas; Salón Blanco de 600 m2 con capacidad para 350 personas; La Cueva, de 745 m2, con capacidad para 450 personas; La Fábrica, de 1.354 m2, con capacidad para 850 personas. Combinados pueden albergar hasta 1.800 personas en formato cóctel dentro del Plan Puerto Liebig, ofreciendo no solo amplitud, sino también flexibilidad y personalidad en cada evento.
Los precios para eventos corporativos arrancan en G. 11.000.000, dependiendo del espacio y las necesidades. También cuentan con salas de reuniones más pequeñas, ideales para grupos de entre 10 y 20 personas, con paquetes que incluyen coffee breaks y arrancan en G. 1.700.000.
Por su parte, Sheraton no comparte tarifas estandarizadas, dado que, según Ana, “los precios varían según múltiples factores: capacidad, ubicación, equipamiento y servicios de alimentos y bebidas requeridos por el cliente”.
No todos los eventos tienen el mismo impacto ni el mismo retorno. Según Zuccolillo, “los eventos que generan más retorno son aquellos de gran escala, que abarcan múltiples salones y que combinan contenido con experiencia sensorial”.
En Sheraton, la mirada es más analítica: “Lo importante es identificar el objetivo final del evento. Cada formato tiene sus ventajas, pero si no se realiza en el momento adecuado, con el público correcto y una comunicación clara, difícilmente se obtendrán los beneficios deseados”.