Claver-Carone sostuvo que la agroindustria es un sector clave para las economías de la región. Fue en el marco de la divulgación del Informe Microeconómico de América Latina y el Caribe, denominado Competir en la agroindustria: Estrategias empresariales y políticas públicas para los desafíos del siglo XXI.
“El potencial de nuestra región para aprovechar las nuevas oportunidades -con una mayor inserción en el realineamiento de las cadenas globales de suministro y en los mercados internacionales- ha sido un tema primordial en la agenda de la institución desde el 2020. Trabajar en todos los frentes para hacer realidad este potencial es uno de los pilares para el 2025”, dijo.
El titular del BID afirmó que para la transformación del sector agrícola es clave incorporar a los pequeños productores a la agricultura moderna, adoptando procesos productivos que además sean ecológicos y resilientes al cambio climático “que son más importantes que nunca”.
Explicó que cuando se piensa en estas cadenas se piensa en manufacturas, pero que las oportunidades que brinda un mundo globalizado van más allá de la industria, y comentó que los efectos de la pandemia y la guerra de Rusia contra Ucrania, que han generado una emergencia alimentaria mundial, han creado un panorama comercial altamente cambiante.
Sugirió que para integrarse a las cadenas de valor agroalimentarias modernas, los productores deben alcanzar estándares de calidad y de cumplimiento de las condiciones comerciales que exigen los compradores internacionales. Los consumidores, a su vez, quieren cada vez más información sobre el impacto social y ambiental de los productos que consumen.
Precisó que el citado informe se basa en más de 30 estudios de casos de inserción en los mercados alimentarios, que incluyen un rango de productos variados, desde alimentos frescos hasta los procesados.
“Para concretar el éxito del sector privado se requiere de control fitosanitario, mejoras en la infraestructura vial, acuerdos comerciales”, citó acerca de los desafíos en el contexto de crecimiento.
Resaltó los casos exitosos y habló de estrategias como el aprovechamiento de la contra estación en el hemisferio norte, la adopción de certificaciones ambientales y sociales, y la producción a medida para cada cliente.
“Me enorgullece que BID LAB, que es el laboratorio de innovación del banco, y también BID Invest, nuestro brazo en el sector privado, hayan contribuido al financiamiento de los casos de éxito que involucran a pequeños productores”, expresó.
El titular del BID mencionó que tradicionalmente las exportaciones agrícolas, a nivel regional, han reflejado la abundancia de recursos naturales, como el agua de la pampa húmeda y la fertilidad de las tierras de los valles andinos.
“Las nuevas tendencias en los mercados agroalimentarios modernos nos abren la oportunidad para que nuestros productores agroindustriales puedan mostrar su ingenio empresarial, su capacidad para incorporar tecnología, y su cuidado del medioambiente”, dijo el presidente del organismo.
El reporte analiza los retos que enfrenta la agroindustria, como la necesidad de innovación y modernización, y la inclusión en su estrategia de negocios de los desafíos ambientales. Al mismo tiempo, el estudio detalla las políticas públicas que pueden facilitar la inversión y expansión de la agroindustria.
Incorporar a pequeños productores a la agricultura moderna, clave para transformar el sector, según el BID
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, enfatizó que los procesos productivos que, además, sean ecológicos y resilientes al cambio climático, son más importantes que nunca, con miras a la sustentabilidad. El banco lanzó su segundo estudio con ejemplos de éxito en el sector agroindustrial, alcanzado mediante programas de la institución.