"Los patrimonios históricos son como presentes griegos, son como un caballo de Troya que tienen al enemigo adentro. Los propietarios de patrimonios históricos no pueden hacer nada con su propiedad y encima tienen que mantenerlos", expresó. Cataldi señaló que la preservación y custodia de un patrimonio histórico trae consigo muchas implicancias, que muchas veces invaden al concepto de la propiedad privada.
En otros países los patrimonios históricos y culturales también están protegidos “pero la diferencia es abismal”, según Cataldi, específicamente porque los gobiernos poseen medios para destinar a la preservación del patrimonio. "En nuestro caso eso no existe, aparte de que el concepto de patrimonio muchas veces contradice el plan regulador de los municipios", subrayó.
El arquitecto indicó que hay una doble mirada en el cuidado del patrimonio, lo cual debe esclarecerse para comenzar a pensar cómo cuidarlos. "Como no hay reglas claras de juego, mañana alguien puede aparecer frente a la casa de una persona y decirle que su casa está catalogada como patrimonio histórico y ya no va a poder explotarla como desee", sostuvo.
Cataldi precisó que se debe aclarar qué institución debe catalogar una propiedad como patrimonio, cuál es la instancia que estipula los parámetros para que un patrimonio sea considerado de valor histórico, etc. "Esto es una anarquía ahora mismo y eso no lo podemos permitir porque puede terminar en un instrumento perjudicial para los propietarios", complementó.
Actualmente una persona puede solicitar a su municipio la exención de pagos de impuestos, aunque en general los patrimonios están en manos de personas que los heredaron y no pueden hacerse cargo. "El Estado al parecer tampoco lo puede hacer, porque la gran cantidad de patrimonios que son de dominio público están en total deterioro*, finalizó Cataldi.
Patrimonios históricos: por falta de reglas claras, edificios importantes terminan en malas condiciones
El cuidado de los inmuebles considerados patrimonio histórico y cultural se dificulta por la falta de reglas claras para el mantenimiento de la infraestructura. Al menos eso es lo que opina el arquitecto Carlos Cataldi, quien trabajó en varios proyectos importantes de restauración de patrimonios, entre ellos el Palacio de López.