“A nivel productivo, este año la cosecha fue muy buena en cuanto a cantidad y calidad del producto. Calculamos que, en promedio, fueron cubiertas unas 80.000 hectáreas, con rindes moderados de más o menos 500 kilos por hectárea, por lo que estimamos que se habrían cosechado unas 40.000 toneladas de materia prima, de las cuales se estarían destinando al mercado externo unas 30.000”, comentó.
Según Ozorio, Paraguay mantiene un nivel de producción superior al de cualquier otro país del mundo, por lo cual continúa liderando el despacho del producto. “Desde hace un par años que el promedio de producción se encuentra entre 20.000 y 25.000 toneladas anuales, pero este año se elevó más. Actualmente, estamos abasteciendo más de la mitad de la demanda mundial de chía”, enfatizó.
Estados Unidos es el mayor comprador de la semilla nacional, luego le siguen países europeos, como Alemania, Países Bajos, Reino Unido, entre otros. “Casi todos los que conforman la Unión Europea, así como también algunos países de Europa del Este, son nuestros clientes. En total son más de 30 países los que están adquiriendo el producto, en menor y mayor proporción. Hoy el mercado internacional está muy diversificado”, manifestó.
El titular de Dulsan Organica añadió que este año se produjo, además, una compra masiva por parte de Bolivia. El vecino país se vio afectado por una baja producción y recurrió a la chía nacional para abastecerse y así paliar su escasez.
“Específicamente, en lo que respecta a la producción de este 2022, la vamos a terminar de exportar el año que viene. Como la cosecha empezó entre julio y agosto, ahora se está procesando el producto y luego se va a ir embarcando, a medida que se vayan cerrando los contratos”, precisó.
En ese sentido, indicó que hay buenas perspectivas de seguir aumentando la cartera de clientes. “Desde que culminó la pandemia fuimos recibiendo visitas de varios interesados de otros países y salimos bien posicionados de esas reuniones, por lo que creemos que el producto se va a comercializar muy bien. También hace unas semanas, las principales empresas agroexportadoras estuvieron presentes en ferias de alimentos internacionales, en Japón, Corea y, en Sial París, hubo buena participación con expectativas de compras interesantes por parte de clientes extranjeros”, enfatizó.
En cuanto a las estimaciones productivas para el 2023, Ozorio mencionó que todo dependerá del factor climático. “Teniendo en cuenta que la chía es de invierno, habrá que ver cómo se presenta el clima en febrero y marzo del próximo año, cuando inicia la siembra. Hasta ahora, en base a cómo se comportó el clima en la etapa de desarrollo de los cultivos, creemos que no habría problemas, pues esta campaña fue excelente”, concluyó.