Bernd Gunther, presidente del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (Cafym), explicó que el primer trimestre estuvo marcado por niveles de agua extremadamente bajos, heredados de un 2024 “muy por debajo de la media”. A este escenario se sumó la sedimentación del río Bermejo, que llegó a taponar el cauce del río Paraguay, generando demoras, acumulación de barcazas y la necesidad de dragados correctivos de emergencia.
La situación comenzó a revertirse a partir de abril, cuando las lluvias permitieron la recuperación de los niveles hídricos. Desde mayo hasta septiembre, la hidrovía operó con aguas altas o por encima de la media, lo que permitió descongestionar puertos, normalizar la navegación y recuperar volúmenes de carga. “Ese período fue clave y, básicamente, salvó el año”, señaló Gunther. Si bien desde octubre el río volvió a descender de forma acelerada, la navegación nunca se interrumpió.
En términos de volumen, el resultado fue contundente: 25 millones de toneladas movilizadas en 2025, frente a los 15 millones que se registran en años malos. Para el sector, este número confirma la resiliencia del sistema y su potencial de crecimiento. “Ya duplicamos y triplicamos la hidrovía en las últimas décadas. Ahora el desafío es volver a hacerlo”, afirmó el titular de Cafym.
Uno de los pilares que permitió sostener la operativa fue la continuidad del dragado de mantenimiento. El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) adjudicó a tiempo la nueva licitación por tres años (2026-2028), que garantiza el dragado de arena en los tramos Confluencia-Asunción, Asunción-Concepción y Concepción-Río Apa. El contrato contempla 6 millones de metros cúbicos de dragado, lo que brinda previsibilidad y tranquilidad al sector naviero.
De cara a 2026, una de las primeras acciones será el dragado preventivo en la desembocadura del río Bermejo, una iniciativa consensuada entre los gremios, la ANNP y el MOPC. Las proyecciones hidrológicas para el primer trimestre no son favorables, por lo que se busca anticiparse y evitar cuellos de botella como los registrados a comienzos de este año.
En el plano regional, el sector sigue de cerca la concesión del tramo argentino de la hidrovía. Cafym presentó observaciones al pliego, solicitando que se divida en dos tramos: uno fluvial, de Confluencia a San Lorenzo, y otro marítimo, de San Lorenzo al Río de la Plata. El objetivo es evitar que los costos de dragado de profundización —necesarios para buques oceánicos— se trasladen a la navegación fluvial, que no requiere ese servicio. Actualmente, el peaje de US$ 1,25 por tonelada es considerado elevado por los usuarios, sin mejoras equivalentes en tiempos ni en seguridad de navegación.
Otro punto clave es la actualización de las dimensiones de los convoyes. El sector impulsa que se reconozca formalmente el uso de convoyes de 290 por 65 metros, una práctica que ya se aplica en gran parte del tramo soberano paraguayo y que permitiría mejorar la eficiencia logística.
Con una flota que supera las 3.400 embarcaciones y la incorporación prevista de más de 20 nuevos remolcadores en 2026, el sector proyecta un crecimiento sostenido. A esto se suma la reciente mejora en la calificación crediticia del país, que fortalece el clima de inversión.
En paralelo, el sector destaca la anunciada creación de la Dirección Nacional de Marina Mercante, que dependerá directamente del Poder Ejecutivo. Para Cafym, esta nueva institucionalidad permitirá darle mayor peso a Paraguay en las negociaciones regionales, considerando que el 80% del comercio exterior del país se moviliza por la hidrovía.
Con dragado asegurado, inversiones en marcha y una agenda regional aún abierta, el sector naviero cierra 2025 con números sólidos y una hoja de ruta clara: duplicar la carga y consolidar a la hidrovía como eje estratégico del comercio paraguayo.